El legado de Amira Pérez Trujillo trasciende la justicia y la educación, manifestándose en un bazar lleno de productos y servicios, así como un espacio para el disfrute de los adultos mayores.
En el Centro Comercial Metropolitano de Neiva, el local 170 en el bloque C no solo es un espacio comercial más; es un rincón de generosidad, aprendizaje y encuentro, todo bajo la tutela de Amira Pérez Trujillo, una abogada cuya vida ha sido un ejemplo de dedicación y logros tanto en el ámbito legal como social.
Amira ha convertido su local en más que un simple punto de venta. Este lugar acoge a todos aquellos que deseen disfrutar de una amplia variedad de productos y servicios. Desde helados y paletas hasta empanadas y tinto, el bazar ofrece una experiencia culinaria diversa. Pero no se detiene ahí; también se pueden encontrar regalos únicos, como artesanías en yeso, madera, cartón y flores de papel.
Este espacio va más allá de lo comercial. Amira ha integrado servicios de formación para cuidadores de adultos mayores y orientación profesional. El bazar es un reflejo de la visión integral de Amira, quien no solo busca ofrecer productos y servicios, sino también brindar oportunidades educativas y de desarrollo personal.
Trabajo y pasión sin límites
La historia de Amira Pérez es una narrativa de superación y persistencia. Graduada en la Universidad Pedagógica en Psicología y Ciencias de la Educación, y posteriormente en Derecho en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, Amira se convirtió en la primera abogada en enfrentar con éxito una audiencia pública con jurado, marcando el inicio de una carrera jurídica excepcional.
A pesar de enfrentar pocos cargos en el Huila, Amira dejó una huella significativa. Desafiando roles de género, se desempeñó como asesora de la Contraloría, asesora del gerente de la Licorera y jefa de personal de Coomotor. Su impacto se extendió como fiscal y jueza en diversos municipios, y como personera delegada para los Derechos Humanos en Neiva, contribuyendo al bienestar en instituciones como la cárcel de mujeres.
Más allá de las fronteras
A pesar de no encontrar el respaldo esperado en el Huila, Amira se aventuró hacia nuevos horizontes. En el Caquetá, realizó reemplazos en varios municipios antes de ser nombrada Procuradora Judicial Penal Grado I para la Justicia Penal del Caquetá en 1995. Su labor incluyó consejos de guerra en distintos batallones, poniendo al día la Justicia Penal en la región.
Su dedicación la llevó a ascender como Procuradora Judicial Penal Grado II en Puerto Carreño, Vichada, donde cosechó éxitos y recibió numerosos reconocimientos. Organizó un Congreso Internacional de Derechos Humanos, demostrando su compromiso con la innovación y la mejora constante.
Legado duradero
Aunque los cargos judiciales son parte importante de la vida de Amira, su impacto va más allá de títulos y posiciones. Recibió distinciones como la Medalla de oro “Orden al mérito ciudad Puerto Carreño” y el “Escudo insignia del departamento del Vichada”. El Consejo Superior de la Judicatura también le otorgó una placa “En reconocimiento a su labor”.
Espacio de encuentro y generosidad
El bazar de Amira es una extensión natural de su vida dedicada al servicio. Con sencillez y dulzura, atiende a los clientes con una sonrisa, creando un espacio acogedor y amigable. “Mi lucha sigue, a pesar de mi edad no dejo de trabajar y pensar en realizar actividades en beneficio de los huilenses”, manifestó Amira, resaltando su compromiso con la comunidad.