La salida de Caprecom del Huila no perjudica solo a pacientes de este departamento, sino que formó un caos en toda la región Surcolombiana, especialmente con los enfermos renales y las personas que están en lista de espera para trasplantes de riñón.
Neiva es la ciudad que atiende a los pacientes para trasplante de riñón de los departamentos de Caquetá, Cauca, Tolima y Putumayo, muchos de ellos están en lista de espera desde hace meses y en algunos casos años y, ahora les dan la noticia que Caprecom se va y no se sabe qué sucederá con ellos.
Pero el drama no es solo para los que están esperando una donación de riñón, sino también para los que ya lo recibieron y continúan en tratamiento, debido a que no saben dónde tendrán que reclamar los medicamentos, sin estos se pueden presentar complicaciones como rechazo del órgano donado y conducir a la muerte.
En este momento hay en Neiva 13 personas de Caprecom en lista para trasplante de riñón, son pacientes activos que solo esperan que se presente la donación, eso puede suceder en cualquier momento, pero los afiliados a Caprecom enfrentan el drama de no saber qué sucederá con ellos porque todavía no saben qué EPS les van a asignar, lo que les puede hacer perder la oportunidad de recibir la donación.
Elvia Yara Pulecio, es una paciente del municipio de Purificación (Tolima), está en lista de espera para recibir la donación, ella dice que hasta ahora todo le ha salido bien, pero su preocupación es que no sabe qué pueda suceder a partir del primero de octubre, cuando desaparezca Caprecom del Huila.
“Yo estoy tranquila estoy esperando que me llamen y hasta ahora no tengo queja porque todo me ha salido bien en cuanto a la atención, pero hace unas semanas que tenía unos exámenes me mandaron para Bogotá porque en el hospital de Neiva no prestaron más servicio a Caprecom debido a la deuda que tienen, lo que me han dicho es que no me preocupe que el trasplante se hace en Neiva”, expresó Yara Pulecio.
Jenny Caterin Zabala, se recupera en el hospital de su segundo trasplante y está atenta a ver qué ESE la recibe para continuar con su tratamiento.
Mientras Elvia está esperando en Purificación (Tolima) el trasplante de riñón, Juan Antonio Guerrero, en Garzón (Huila) hace un año fue trasplantado, está bien, su organismo asimiló bien el órgano, pero su calvario empezó cuando escuchó que Caprecom se va del Huila, y no es para menos, debido a que Juan Antonio tiene que recibir mensualmente los medicamentos para su tratamiento que son los que le permiten gozar de buena salud, pero ahora no sabe dónde acudir a reclamarlos, el drama de Juan es el mismo de cientos de pacientes del centro del departamento.
Por ello, Juan Antonio Guerrero tomó la vocería, en nombre de todos los pacientes renales de Garzón y el centro del Huila, para exigirle a Caprecom que le dé una solución rápida a ese problema. Y les está proponiendo también a todas las EPS que en coordinación con la Secretaría de Salud Departamental instalen una unidad renal en Garzón para que atienda a todos los pacientes de esa zona, y acaben con la tortura de los traslados hasta Neiva para su atención.
“Hay varias personas que fuimos trasplantados y no han podido recibir los servicios desde hace cuatro y seis meses. Están en peligro porque se puede perder el trasplante que es una operación que la ha pagado el Gobierno. Se está perdiendo una nueva oportunidad de vida, en el centro del Huila somos unos 120 pacientes renales. Por eso le hacemos un llamado a la Secretaría de Salud Departamental para que empiece a mirar para dónde van estos pacientes, porque el problema es que lo reciban a uno, porque como los pacientes renales somos de alto costo nadie nos quiere recibir, pero sino nos siguen demorando los medicamentos vamos a terminar otra vez en diálisis o hemodiálisis y se nos pierde el trasplante”, expresó Juan Antonio Guerrero.
Los de Putumayo
José Milciades Pinto es un campesino de Puerto Caicedo, Putumayo, fue trasplantado de riñón y gracias a ello pudo volver a trabajar en rocerías y labores propias del campo, pero desde hace cuatro meses no recibe medicamentos, lo que ha complicado su salud, a tal punto que tuvo que abandonar su trabajo y trasladarse a Neiva donde un pariente suyo para estar pendiente de las medicinas, porque siempre que venía le decían que volviera a semana siguiente.
“Yo tengo que asistir a unos controles para saber cómo va mi riñón, me los hacían en el Hospital de Neiva y me daban los medicamentos para tres meses pero ahora dicen que ya no me atienden por el problema que se presentó con Caprecom. Mi preocupación es que se puede dañar el riñón porque ya voy para dos meses esperando a ver qué pasa. Me tocó abandonar unos contraticos que tenía de rocerías para quedarme aquí en Neiva, gracias a Dios donde un sobrino me están dando la comida y la posada”, narró José Milciades, sin poder ocultar la congoja que le produce no saber en qué condiciones está su riñón.
Sin saber qué les espera
A Jenny Caterin Zabala Ruiz, de apenas 22 años de edad, la trajo su mamá Inés Ruiz Cárdenas desde Líbano (Tolima) para que le practicaran el trasplante de riñón en el Hospital Universitario de Neiva, ya la intervinieron, salió bien de la cirugía y está en recuperación, Inés dice que no se cansa de darle gracias a Dios porque su hija tuvo una oportunidad de vida, pero cuando los médicos le dijeron que para poder darle la salida a Jenny tiene que tener claro quién le va a proporcionar los medicamentos para continuar con el tratamiento en casa, se sintió decepcionada, porque no sabe a dónde acudir y decidió entutelar a Caprecom para que les responda.
“Nos tocó poner tutela, el abogado dice que tan pronto le den la salida con eso nos tienen que responder por los medicamentos, este ya es el segundo trasplante porque el primero ella lo perdió. Todavía está hospitalizada y creo que como venimos de Líbano y eso es Tolima pues que nos den las medicinas allá”, expresa con optimismo la madre de Jenny.
A José Milciades Pinto, le tocó trasladarse de Puerto Caicedo (Putumayo) a Neiva para estar pendiente de sus medicamentos.
El mismo drama vive Francy Enit Castro, de 29 años quien se encuentra en estos momentos ingresada en el Hospital Universitario de Neiva, la que la acompaña en este duro trance es su amiga Martha Guzmán, que se encarga de hacer todos los papeles y de ir de aquí para allá con los documentos de Francy para ver cómo consigue que le aseguren los medicamentos para que le puedan dar de alta.
“La inquietud más grande son los medicamentos, porque no sabemos para qué EPS la van a mandar entonces no sabemos a dónde reclamar. Como está recién trasplantada lo que pedimos es que los medicamentos lleguen puntuales. Caprecom nunca nos ha negado nada pero ahora estamos preocupadas porque no sabemos qué va a pasar teniendo en cuenta que las medicinas son la fase de vida del riñón, por eso en el hospital nos dicen que sin los medicamentos no la dejan salir”, le dijo a LA NACIÓN Martha Guzmán.
La misma situación viven las personas que tienen otro tipo de cirugías y requieren de medicamentos de alto costo, están deambulando por la ciudad a ver quién les da razón de a dónde acudir. Entretanto la Secretaría de Salud Departamental informó que el próximos viernes se tomará una decisión en torno a lo que van a hacer con los afiliados de Caprecom.
Hospitales en riesgo financiero
La crisis que ha desatado Caprecom con el no pago de sus deudas afecta no solamente a sus afiliados, sino que tiene en riesgo financiero a todos los hospitales de la red departamental, complicándoles su normal funcionamiento, como lo registra la ESE Hospital ‘Manuel Castro Tovar’ de Pitalito.
“La crisis que se ha desatado con Caprecom nos tiene preocupados porque nos debe 149 millones de pesos, que sumados a la cartera con las otras entidades nos da un total de 1.270 millones de pesos. Ya nos hemos reunido con el alcalde de Pitalito Pedro Martín Silva, con el secretario de Salud Carlos Daniel Mazabel y con el gobernador Carlos Mauricio Iriarte para ver qué medidas vamos a tomar, porque esa deuda nos va hacer reportar con riesgo financiero”, expresó el gerente de la ESE ‘Manuel Castro Tovar’, Sergio Mauricio Zúñiga.
La ESE de Pitalito atiende a 4.600 afiliados del régimen subsidiado de Caprecom más el personal de reclusos del Inpec, que son unos 600 y en donde ya empezaron a hacer los pagos incompletos, situación que preocupa aún más al gerente.
“Yo le oficié a Caprecom para que nos diga quién va a atender a los reclusos a partir del primero de octubre, porque no quiero que a esas personas además de la libertad pierdan también su atención en salud, pero Caprecom no ha respondido nada. Y quiero contarles que el último pago que se hizo por la atención a las personas de la cárcel no se hizo completo, por lo que le envié un oficio a la EPS para que se pongan al día con la deuda del mes pasado. No sabemos qué va a pasar con los 90.000 afiliados que tienen en el Huila a partir de octubre porque todas las ESE no tienen capacidad de atender a los pacientes si no les pagan”, agregó Sergio Mauricio Zúñiga.
En La Plata
En el municipio de La Plata la situación no es distinta, la ESE Hospital San Antonio de Padua atiende a diez mil afiliados de Caprecom y le adeudan 1.400 millones de pesos, lo que está haciendo muy difícil el normal funcionamiento del hospital.
“A nosotros nos toca atender a toda la zona de occidente, que comprende los municipios de La Plata, Nátaga, La Argentina, Paicol, Tesalia, en el Huila y Páez e Inzá que pertenecen al Cauca pero vienen aquí. No sabemos qué hacer porque la deuda no deja que la ESE funcione normalmente, son 1.400 millones de pesos y por ello decidimos restringir el servicio para los afiliados de Caprecom, desde hace algunos días solo atendemos embarazadas, niños, personas de la tercera edad, discapacitados y emergencias”, expresó el gerente de la ESE de La Plata, César Eduardo González Díaz.