En la Institución Educativa Juan de Cabrera, ubicada en el sur de Neiva, los estudiantes viven diariamente un importante número de calamidades, ellos reclaman a la administración municipal prontas soluciones para enfrentar las malas condiciones que padecen.
La falta de pupitres y de almuerzos escolares deja damnificados a más de 300 niños y jóvenes del plantel.
Condiciones no aptas para recibir clases
La suerte de tener un pupitre en el colegio ha ocasionado riñas o disputas entre los alumnos, que por lograr quedarse con uno de ellos y no recibir las clases sentados en el piso acuden a los malos tratos. Algunos estudiantes se sientan en sillas tipo rimax, sin embargo, las malas condiciones ergonómicas han lesionado las espaldas de los jóvenes.
“Nos toca llegar más temprano para coger un pupitre porque o si no se los llevan los del otro curso y hay pelea”, narró Dylan Santiago Gómez, estudiante de la Institución.
Pero la situación se empeora cuando llueve, el estudiante que ha quedado sin pupitre no se puede sentar en el piso porque los salones se inundan, por tanto sus clases las debe recibir de pie.
“Siempre que llueve el salón se llena de agua y de barro porque están en mal estado las tejas, ya están obsoletas, están para mandarlas a cambiar y recoger”, manifestó Maritza Puentes, docente del plantel educativo.
La comunidad educativa manifiesta la importancia de la construcción de un muro de contención en el colegio porque las casas ubicadas en la loma del barrio Las Acacias, han sido víctimas de deslizamientos, por lo que se quiere prever algún tipo de emergencias con los alumnos.
“El colegio se nos está derrumbando, las casas de Las Acacias también se están viniendo encima porque no tenemos un muro de contención que detenga ese terreno” acotó la docente Maritza.
La falta de baterías sanitarias inhabilita a los estudiantes hacer uso de ellas, debido a los malos olores y las paupérrimas condiciones en las que se encuentran, los baños permanecen cerrados.
Aunque el colegio fue seleccionado por el programa “Aulas para la Paz” del Ministerio de Educación, el grupo de docentes afirma que sería bueno primero remodelar las instalaciones del colegio, ellos son enfáticos en decir que jornada única sí pero en buenas condiciones para todos.
“Yo tengo sentido de pertenencia por la institución, quiero a mis estudiantes y por eso exijo un colegio digno para ellos”, relató Maritza Puentes.
En la Institución estudian niños y jóvenes en difíciles problemas socio económicos, por lo que sus docentes exigen que se priorice la alimentación escolar en este sector; ellos afirman que la ración de almuerzos para 300 alumnos fue disminuida sólo para 150, lo que ha ocasionado serios problemas nutricionales en algunos de los alumnos.
“Nosotros le pedimos a la Administración Municipal que nos aumentaran los almuerzos de la alimentación escolar y nos disminuyeran los suplementos”, manifestó Enrique Vargas, Rector de la Institución Educativa Juan de Cabrera.
Peticiones sin respuesta
Pese a la peticiones reiterativas de parte del grupo de docentes, la Secretaría de Educación no ha solucionado ninguno de los inconvenientes; desde hace un año están a la espera de la dotación de pupitres, la “aulas para la paz” traen también un diseño de instalación de baterías sanitarias, sin embargo, el Ministerio de Educación manifiesta que hasta que el muro de contención no se construya no pueden iniciar las obras.
LA NACIÓN intentó comunicarse en reiteradas oportunidades con el Secretario de Educación Aldemar Macías sin encontrar una respuesta del funcionario a las insistentes llamadas telefónicas.
LA NACIÓN oye la gente
Maritza Puentes. Docente Educativa
“Sí queremos una jornada única pero en buenas condiciones, que tenga un buen polideportivo, buenos salones, buen internet, un restaurante apropiado”.
Dylan Santiago Gómez Polanía. Estudiante
“Queremos decirle a la Administración municipal que nos ayude a solucionar nuestras problemáticas, que nos ayuden porque son cosas que necesitamos, es un derecho que tenemos a recibir una buena educación”.
Miguel Cañón. Estudiante
“Los pupitres son escasos, no ha tocado conseguir sillas rimax pero es muy incómodo para trabajar”.
Los estudiantes acuden a sillas rimax para sentarse, con las canecas de basuras y tablas de madera improvisan una mesa para escribir.