La riqueza natural del Desierto de La Tatacoa, sin duda, es incomparable en muchos aspectos. Entre los que más se destacan está la flora de los cactus, la cual brinda colores que resaltan entre los tonos ocres y grises de este mágico lugar.
Actualmente este lugar es la segunda zona árida más extensa de Colombia después de la península de La Guajira, y ocupa 330 kilómetros cuadrados de tierra de color ocre y gris, con pincelazos del verde de los cactus; lamentablemente este terreno ha venido siendo ocupado por terceros poco a poco, reduciendo su belleza natural.
Aunque es catalogado como un desierto, La Tatacoa es en realidad un bosque tropical seco y según expertos, durante el Período Terciario (Era Cenozoica o Cenozoico) fue un jardín con miles de flores y árboles que poco a poco se ha ido secando.
Por esta razón las plantas de la zona presentan adaptaciones especiales, principalmente para poder acceder al agua. Se ha encontrado que tienen raíces horizontales hasta de 30 metros y raíces verticales de 15 metros de profundidad, siendo la vegetación predominante el herbáceo y arbustivo.
La diversidad de este lugar, sin duda, es un llamado para el cuidado y la protección de los visitantes y propios. LA NACIÓN presenta hoy algunas de las postales más impactantes de este aspecto.
Cardo Stenocereus griseus, es de los más grandes y representativos de la zona.
Un cardo cabeza de negro (Melocactus caesius) debido al equilibrio ecológico es necesario que los turistas no lo pisen o los arranquen.
Esta es la flor del cardo cabeza de negro.
Flor de cardo Praecereus euchlorus.
Flor de Cardo Arepo de la familia opuntia.
Este es el fruto de cardo Arepo, también de la familia Opuntia.
Un loro alimentándose del fruto del Forpus conspicillatus.
Sin duda el realce de colores de la flora del desierto es vital para paisaje natural.