No termina bien esta semana en Neiva por cuenta de la lamentable noticia de un nuevo feminicidio en la ciudad. La enésima víctima de la violencia contra la mujer en la región es Yessica Paola Rodríguez Arévalo, de 31 años de edad, quien fue asesinada a numerosas heridas a cuchillo al interior de un motel ubicado en la Zona Industrial.
Tal como se ha venido informando en estas páginas y a través de las redes sociales del periódico desde el mismo momento en que se reportó el trágico suceso, Yessica Paola fue atacada cuando accedió a tener una cita con un hombre con el que había tenido una relación amorosa. Al parecer, buscaba ponerle punto final a ese tormentoso vínculo y terminó encontrando la muerte. Doña Yessica era madre cabeza de hogar en el asentamiento Brisas del Guásimo, en el norte de la capital huilense. Dos niños de 6 y 15 años y dos niñas de 11 y 9 años de edad lloran hoy a su mamá.
Es lamentable que el Huila y el país en general se hayan acostumbrado a contar muertas y a ‘normalizar’ los permanentes casos de violencia contra niñas, adolescentes y mujeres. Los medios de comunicación difunden de manera repetitiva los hechos alrededor de asesinatos y ataques contra ellas a lo largo y ancho del territorio colombiano. Es más, se vuelven virales en redes sociales las escenas sangrientas y perturbadoras de esta clase de episodios. Pero, ni la viralidad de esas desgarradoras imágenes o la indignación temporal que despiertan, logran mermar la violencia.
El crimen de Yessica Paola debe dolerle a todo el Huila. Es claro que falta muchísimo más por parte del Estado, en todos sus niveles, para proteger a nuestras niñas, adolescentes y mujeres.
Si no hay una gran conciencia social en torno a lo que está ocurriendo, Neiva, el Huila y Colombia seguirán contando muertas en el 2025.