Todavía no salgo de mi asombro por el fallo de la Corte Internacional de Justicia que condenó a Colombia a perder miles Todavía no salgo de mi asombro por el fallo de la Corte Internacional de Justicia que condenó a Colombia a perder miles de kilómetros cuadrados de mar, aun no cuantificables. La armada dice que se perdieron 75 mil, los nicaragüenses 125 mil, lo que equivale a Antioquia y Vaupés juntos. Ahora si salieron todos los expertos a hablar. Escuché profesores en la radio o televisión como Jaime Pinzón, Ramiro Zambrano y otros. Y la verdad coincidan en que la culpa inmediata era de Andrés Pastrana, su canciller Guillermo Fernández de Soto y de Julio Londoño Paredes, ex canciller y exembajador. Además de las responsabilidades mediatas iniciando desde el presidente Alfonso López Michelsen hasta Álvaro Uribe Vélez. No se incluye al actual presidente porque este no tuvo mucho que ver en un litigio que recibió prácticamente culminando. Todos nuestros gobernantes desde hace cuarenta años adoptaron la política del avestruz, metieron su cabeza bajo tierra para no mirar el conflicto. Lo cierto es que gracias a que nadie tomó acción perdimos todo ese mar. ¿Pero para que sirve achantar esas responsabilidades? Para nada, toda vez que en nuestro país eso de la responsabilidad política no existe. Ahora lo que le corresponde al presidente Santos es ejercer un liderazgo que nunca antes se había visto. Él tan admirador de Churchill debe seguir su ejemplo y buscar soluciones. Unos señalan que se debe desconocer el fallo, otros que parcialmente, algunos académicos que se debe iniciar otro litigio, los del equipo jurídico de Colombia dicen que hay que buscar aclaraciones, todo eso es válido. Lo que sorprende es que ni antes del fallo, ni aún después, el Ministerio de Relaciones Exteriores haya buscado a los expertos colombianos ubicados en academias o universidades. Siguen manejando eso como una finca dirigida por Julio Londoño. Hay que convocar Ministra a todos los expertos, al menos 50 abogados internacionalistas y procesalistas que piensen en favor del Estado. Lo triste es que el país va a perder en otros escenarios internacionales, como en el caso Santodomingo donde dejó vencer el período de pruebas y no presentó ninguna, o el del Palacio de Justicia. La defensa internacional del Estado es paupérrima, con razón nos llaman el Estado mondongo, mucho cayo y poca agua.