La Nación
El despertar de los fascismos 1 27 junio, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El despertar de los fascismos

En varias naciones de América y Europa están tomando fuerza los sectores políticos fascistas nacionalistas. Se trata de una reacción furibunda que se traduce en discursos de odio que convencen a millones de ciudadanos cansados de los fracasos del liberalismo en todas sus expresiones: desde el neoliberalismo hasta la socialdemocracia. Se impone la idea de que el problema de las sociedades son los extranjeros, el crimen organizado, los pobres y los inmigrantes. La solución es cerrar las fronteras, construir cárceles e imponer avanzados sistemas de vigilancia para detener el incremento de la criminalidad. La fórmula es antigua y se encuentra inscrita en la historia de la tortura, pasando por los campos de concentración hasta las cárceles más sofisticadas.

La emergencia de las épocas autoritarias y violentas en la historia es producto de la brecha que se ha abierto entre las generaciones que componen el devenir del tiempo. Se produce una desconexión que pesa sobre las nuevas generaciones que se van aislando del pasado hasta concebir su propio tiempo como un inicio absoluto. Así, se rompe el hilo con las experiencias del pasado. El presente que vivimos promueve la idea de que estamos en un momento único debido al avance tecnológico, las comunicaciones y la ciencia. Diversas generaciones en la historia han pensado que todo vuelve a comenzar con sus creaciones y proyecciones; algunas de estas han estado ligadas a las dinámicas de sus antecesoras, han podido comprender sus experiencias y, de esa forma, han comenzado nuevos caminos sin necesidad de romper la conexión con el pasado. Según María Zambrano (2019) en su libro Persona y democracia “estas generaciones más jóvenes no han recibido la herencia de la inmediata anterior desaparecida, viven en una situación un tanto extraña, extranjera”. Cuando una generación se desliga de las anteriores se sitúa con extrañamiento en el tiempo y en el espacio, aparecen nuevas esperanzas y desesperanzas que se conciben como novedosas en su totalidad. De esta forma, la memoria desaparece y de repente volvemos a los momentos más trágicos que se creían superados.

Asistimos a un momento que requiere de una reflexión profunda. Una buena parte de la ciudadanía está legitimando a los sectores políticos más reaccionarios cuyas propuestas no son nuevas, sino que hacen parte del pasado y han producido efectos devastadores para las sociedades. La desconexión con las generaciones anteriores permite que lo que ya sucedió sea poco conocido o desconocido por completo. Los fascismos prometen orden y limpieza social, la historia ya demostró los resultados.