Mucho se ha oído hablar del cirujano plástico Juan Canencio; su profesionalismo, los impecables resultados de sus cirugías y su excelente atención humana. Sin embargo; el Diario LA NACIÓN conoció otra faceta del médico.
El Diario LA NACIÓN conoció dos historias, de dos personas que sus vidas fueron cambiadas gracias a las obras sociales realizadas por el doctor Canencio.
La Navidad llegó y esta vez fue en forma de cirugía para Yuli Vaneza López y para Yan Carlos Burbano; dos jóvenes huilenses, que recibieron por parte del doctor Juan Canencio, una transformación para sus vidas.
No precisamente todas las palabras tienen un solo significado, pues, aunque la cirugía plástica, para muchos denota vanidad, para otros es una oportunidad de mejorar su salud y aspecto físico. Este es el caso de estas dos personas que fueron sorprendidas por el buen corazón del doctor Canencio, quien decidió otorgar como regalo de Navidad una reducción mamaria a Vaneza y una otoplastia (cirugía de orejas) a Yan Carlos.
Ambos, habían sufrido de diferentes complejos a lo largo de sus vidas, debido a aquellas partes de su cuerpo que no eran ‘armónicas’, según los estándares de belleza. No obstante, el sentimiento va más allá de la apariencia física o de lo superficial, porque también la autoestima y la seguridad disminuyen y por el contrario, las dolencias físicas pueden aumentar con el tiempo.
Es el caso de Vaneza, que luego de tener a su pequeña hija, sus senos crecieron en exceso y se convirtieron en un obstáculo para su postura, su salud, afectó su autoestima, e indirectamente sus relaciones interpersonales. La joven de 30 años de edad, es del municipio de San Agustín. María es la madre de Vaneza, que cuenta cómo durante varios años buscaron ayuda profesional por medio de la EPS para que le ordenaran la cirugía a su hija sin encontrar respuesta positiva.
La felicidad llegó un día a la casa de las mujeres, cuando por iniciativa del doctor Juan Canencio, su equipo de trabajo llegó hasta este municipio a darle la buena noticia de lo que sería su regalo de navidad en este año: el doctor la operaría y él asumiría todos los costos. La alegría no cabía en sus corazones, y desde ese día todo cambió.
Junto al equipo de trabajo del cirujano se trasladaron hasta la ciudad de Neiva donde el doctor Canencio las recibió con esa calidad humana que siempre lo distinguen.
Hoy, después de casi un mes, se ve a Vaneza sonreír, sonreír de verdad, sonreír desde el alma, con la felicidad que nace de una mujer empoderada y que dejó atrás sus inseguridades, para vivir un nuevo comienzo.
“Uno queda sin palabras, de ver que es una labor tan bonita que hizo el médico, y que lo hizo de corazón, nos han atendido súper bien, me adelantaron el regalo de navidad que siempre había soñado, hoy vuelvo a mi hogar feliz y segura de que esto es el inicio de una nueva vida para mí”, manifestó Vaneza, con una actitud renovada y un semblante totalmente diferente.
Para Yan Carlos, un joven que sus labores son las del campo, la vida no ha sido fácil. Algunas veces las críticas destructivas cumplen su función y destruyen el alma y la autoestima. La apariencia física no debería ser motivo de burla, pero lamentablemente son muchos los que se enfrentan a estos actos.
Yan Carlos apenas tiene 20 años, nació, se crió y vive en el municipio de Acevedo, es muy humilde y tiene muchos sueños y metas proyectadas. En ocasiones los comentarios sobre la apariencia de sus orejas le afectaban, y fue así como decidió tocar una puerta: la del doctor Canencio, de quien tenía buenas referencias.
Sin dudar, el doctor escuchó su historia y procedió a darle el mejor regalo de Navidad, pues también cumpliría su sueño, y realizaría una otoplastia.
“Estaba sorprendido, no pensé que me fueran a ayudar de esta manera. Quiero agradecer al doctor Canencio y a todo su grupo de trabajo por las atenciones y por hacer mi sueño realidad. Antes me sentía mal, ahora soy feliz, mi vida ha cambiado mucho”, contó emocionado Yan Carlos a LA NACIÓN.