as emergencias provocadas en las últimas semanas por los incendios forestales, algunos de ellos graves como los acontecidos en Palermo y Aipe, revivieron el caso que desde principios de este año se viene publicando en el Diario LA NACIÓN: la millonaria compra de vehículos que hizo en 2023 la administración departamental de Luis Enrique Dussán, a través de su entonces secretario de Gobierno, Andrés Mauricio Muñoz. Se trata de la orden de servicios 059 de 2023 celebrado entre la Gobernación del Huila y el particular Jhon Farid Méndez Lugo.
Los cuestionamientos han surgido desde el mismo momento en que la Gobernación aprovechó la figura de la declaratoria de “calamidad pública” para comprar directamente o ‘a dedo’ 6 vehículos para adecuarlos como carrotanques y combatir incendios forestales en Neiva, Rivera, Campoalegre, Garzón, La Plata y Pitalito. A cada vehículo, marca Volkswagen, línea Constellation, se le debía hacer un montaje de un tanque en acero inoxidable con capacidad para 3.300 galones de agua. Sin embargo, según los bomberos, el contratista Méndez Lugo debía comprar vehículos tipo doble-troques y terminó adquiriendo tracto- camiones que no cuentan con las especificaciones técnicas para soportar los ajustes y convertirlos en carrotanques. Por esa razón, los vehículos comprados a un costo de más de $4.300 millones, nunca han sido utilizados.
Tal como ya lo habíamos advertido en esta tribuna, está claro de entrada que vehículos que debieron ser utilizados de inmediato para atender las conflagraciones forestales no cumplieron la urgencia ni el propósito social que motivaron la “calamidad pública”. Es más indignante aún que los meses sigan avanzando, con nuevas emergencias de por medio, y que los automotores sigan sin funcionar.
Este episodio despierta serios interrogantes. ¿Era necesario que el entonces gobernador Dussán decretara la calamidad pública? ¿Si los carrotanques eran tan urgentes porque nadie se preocupó en ponerlos al servicio inmediatamente? ¿Por qué la Gobernación acudió a un intermediario para esa compra? ¿El contratista tenía experiencia en fabricación y ensamblaje de carrotanques? ¿6 carrotanques cuestan en realidad más de $4.300 millones?
Ya es hora que los organismos de control actúen de manera contundente.