LA NACIÓN llegó ayer hasta la vereda Honda Bajo de Rivera, escenario del macabro crimen de Pilar Andrea Otero Garzón, quien llevaba 10 días desaparecida. La mujer de 32 años fue asesinada a cuchillo y sepultada, al parecer, por un hombre con quien sostenía una relación sentimental. Familiares piden justicia.
Lucía Sánchez
“Por favor investiguen, que no quede impune la muerte de mi hermana”, es el clamor de la señora Blanca, familiar de Pilar Andrea Otero Garzón, la joven madre de 32 años de edad que se convirtió en la primera víctima de feminicidio en el Huila en lo que va corrido del año 2022.
Pilar Andrea se encontraba desaparecida desde hacía 10 días y el pasado sábado fue hallada sin vida en zona rural de Rivera. Su cuerpo estaba sepultado en medio de una zona boscosa de la finca donde vivía su pareja sentimental y el presunto homicida, José Pacífico Calderón, conocido como ‘Pacho’. La propiedad está ubicada en la vereda Honda Bajo, a 20 minutos del casco urbano del ‘municipio verde del Huila’, hasta allí llegó LA NACIÓN para recopilar detalles de este macabro crimen.
Cabe mencionar que en esa finca, el sospechoso de 54 años vivía solo y actualmente se encontraba cumpliendo condena en prisión domiciliaria por otro delito. Y es que en la zona el presunto homicida es recordado por haber matado a una menor en un accidente de tránsito años atrás.
Justamente el sábado fue capturado por estar violando la domiciliaria; al ser detenido el sospechoso fue vinculado a la investigación de este caso de feminicidio, según dieron a conocer fuentes oficiales.
El hombre es señalado por familiares de Pilar Andrea como responsable de asesinar con arma blanca a la mujer, quien presentaba una herida a la altura del pecho.
La desaparición
Días atrás (antes del sábado) la motocicleta en la que se movilizaba la víctima ya había sido encontrada por la Policía. Los familiares de la mujer no habían denunciado su desaparición oficialmente, solo hasta el sábado cuando recibieron información del lugar donde se hallaba.
“Ella vivía con la hija, mi padre y unos sobrinos en el barrio Libertadores de Rivera. Se desapareció el 23 de febrero, esa fue la última vez que vi a mi flaca. Pasó un día, yo la llamé al celular y no me respondió, luego mi hija me contó que ella (Pilar) se fue en mi moto para la casa de Pacho, en la vereda. Gracias a la moto fue que pudimos dar con su paradero días después”, contó Blanca, hermana mayor de la víctima.
La mujer dio a conocer además que “la moto fue encontrada más abajo de la casa del señor Pacho, al bordo de la carretera, ahí estuvo dos días con las llaves puestas. La comunidad llamó a la Policía porque le pareció extraño, los agentes la bajaron para la estación y luego la llevaron para los patios”.
El viernes Blanca se trasladó hasta la vereda donde vivía la pareja sentimental de su hermana para verificar sí ella se encontraba allá. “Llegamos pero él no estaba, los vecinos nos contaron lo que había pasado con la moto, por eso ubicamos que mi hermana no se había bajado para el pueblo”, narró la mujer.
Dijo además que el sábado volvieron a subir a la finca, día en que se encontraron con el aterrador crimen. “Regresamos con mi esposo, ya había llegado ahí la Policía, no estaba Pacho, luego empezamos a recorrer la propiedad y vimos una tierra removida, se nos hizo raro, el lugar olía mal, por esta razón la pudieron hallar”, agregó.
Habla la comunidad
Varios vecinos del sector afirmaron que el sospechoso de este crimen trabajaba en labores del campo en las fincas contiguas a la propiedad donde vivía, además tenía unos cultivos de uva.
“Él me ayudaba con labores del campo, a abonar, fumigar, guadañar… inclusive el viernes fui con él a Rivera, me ayudó a llevar unas canastas de guanábana. Tenía permiso de trabajar por aquí en las casas aledañas a donde vivía. Hoy me enteré de lo que pasó, quedé consternado”, contó un vecino que conocía al presunto homicida hace 6 años.
Según el poblador de la zona, el sospechoso se encontraba cumpliendo prisión domiciliaria porque “hace aproximadamente dos años tuvo un accidente de tránsito, mientras iba conduciendo un carro viejo que tenía, por aquí cerca, se le fueron los frenos y estrelló a una niña, ella murió. Tengo entendido que en junio él ya iba a cumplir la pena por buena conducta. Quedo consternado por esta situación, no terminan de salir de una cuando se meten en otra”, añadió.
Otro vecino del sospechoso contó cómo era el comportamiento del presunto homicida. “Él ponía su equipo a todo volumen, tomaba frecuentemente, a la casa venían amigos y amigas, se la pasaba era farreando”, expresó.
Contó además que Pilar Andrea visitaba frecuentemente a su presunto agresor, “la relación se veía normal. El día que dicen sucedieron los hechos no la vimos, pero otras veces sí, venía, tomaba con el hombre. Ella llegaba de vez en cuando, a veces cada 8 días, luego cada mes. Por aquí vinieron los familiares a preguntarla y luego la encontraron tristemente muerta”, lamentó el vecino de la zona.
Piden justicia
Blanca, hermana mayor de la víctima, pide a las autoridades que este hecho no se quede en la impunidad, pues sostiene que “hay suficientes pruebas. Al lado de la casa él quemó sábanas y el colchón que tenía. El celular de mi hermana no se encontró, tampoco las llaves de la pieza de ella, este señor no puede hacer lo mismo con otras mujeres”, advirtió.
Afirmó además que distinguía a la pareja de su hermana hace un tiempo, “desde una vez que fuimos allá a tomarnos unos vinos, porque él tiene cultivos de uva, era amable, pero no entiendo por qué hizo una cosa de estas. Él la invitaba a la casa a hacer almuerzos y así…. no tengo certeza hace cuánto lo conocía. Mi hermana era alegre y así la vi los últimos días”, dijo Blanca.
Isabel Losada Gutiérrez, concejala de Rivera, también exigió esclarecimiento y justicia por este hecho. “Cómo única concejal mujer de Rivera repudio hechos como este, rechazo totalmente lo sucedido. Necesitamos que la justicia aclare la situación… qué pasó con esta madre de familia”, dijo.