La reciente final de la Copa América opacó una noticia de relevancia mayúscula para el país: el Gobierno anunció la inclusión de los niños (varones) de 10 a 14 años, en el esquema de vacunación gratuita contra el Virus del Papiloma Humano – VPH. A simple vista, puede parecer que estamos hablando de una vacuna más. De esas que nos aplicamos por inercia, sin conocer y valorar a fondo sus implicaciones y beneficios. En este sentido, me gustaría exponer mis consideraciones sobre el profundo impacto social, sanitario y jurídico que trae consigo la progresiva inclusión de niños (varones), dentro de los programas y estrategias públicas de vacunación contra el VPH.
Para comenzar, debemos tener en cuenta que, al interior del ordenamiento jurídico colombiano, existe algo llamado el “interés superior de los niños, niñas y adolescentes”, así como un supuesto principio de “igualdad”. En el caso de la vacuna contra el VPH esto gana mucha relevancia, en atención a que históricamente, los programas de vacunación pública y gratuita estuvieron enfocados en niñas y adolescentes mujeres, dejando por fuera a los niños y adolescentes varones. En mi opinión, esto se debe a serias falencias por parte de las autoridades sanitarias colombianas, a la hora de importar los lineamientos y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (con un enfoque especial en mujeres) al ordenamiento jurídico colombiano. En el ámbito jurídico, la extensión de los programas de vacunación hacia los menores varones honra el principio de igualdad y es armónico con el interés superior de los niños, niñas y adolescentes colombianos.
En el ámbito social y sanitario, la inclusión de los varones contribuye a que las estrategias y programas de vacunación sean muchos más resilientes, tal como lo sugieren nuevos estudios desarrollados en países en vía de desarrollo, al ampliar el espectro de personas vacunadas. Sumado a esto, la vacuna les ofrece a los varones, protección contra diferentes tipos de cáncer a los cuales se encuentran expuestos por un potencial contagio, tal como es el caso del cáncer de ano, pene, boca y garganta. Desde la comunidad civil y en especial, desde la fundación SalBo, seguiremos trabajando para que en Colombia todos los niños, niñas y adolescentes tengan un acceso gratuito, efectivo e igualitario a la vacuna contra el VPH.