El negocio de las damas de compañía es cada vez más grande con el pasar del tiempo, y se ha convertido en una opción de ingresos para muchas mujeres, estudiantes universitarias, madres solteras o jovencitas. Ingrid Marcela Matiz Pimentel Especial LA NACION ‘Las Danias’, así se les conoce recientemente a las mujeres que prestan sus servicios como damas de compañía, tras el escándalo sexual del Servicio Secreto norteamericano encargado de la seguridad del presidente Barack Obama en su visita a Cartagena durante la Cumbre de las Américas. Sin embargo, las Danias están por todo el país y se encuentran fácilmente en cualquier ciudad que visite, así sea intermedia, y por su puesto el Huila y Neiva no son la excepción. Aquí se encuentran un sin número de mujeres que se dedican a “acompañar hombres” a cambio de regalos costosos y dinero. El negocio de las damas de compañía es cada vez más grande con el pasar del tiempo, y se ha convertido en una opción de ingresos para muchas mujeres, estudiantes universitarias, madres solteras o jovencitas que solo quieren cumplir sus caprichos. Necesidad o no, sin duda es un negocio que crece y que ha llegado a todos los niveles de la sociedad sin importar estrato o condición social. Ser Dania (damas de compañía) se ha convertido en un verdadero negocio y funciona como tal. No todas las mujeres que prestan estos servicios lo hacen desde su propia gestión, sino que existen personas encargadas de hacer el contacto con los clientes, de la seguridad e incluso de cobrar por sus servicios, son los proxenetas, los que exhiben sus chicas y consiguen los clientes, mediante paginas web, con catálogos, líneas telefónicas, contacto con los moteles y propinas a los taxista que transportan sus clientes. Son cadenas de personas y de formas de contacto las que funcionan para llevar a un hombre a encontrarse con una ‘Dania’. Se creería que en Neiva por ser una ciudad pequeña no encontramos este tipo de organizaciones encargadas de ofrecer servicios sexuales o de damas de compañía, pero la realidad es otra. En Neiva como en las demás ciudades grandes o pequeñas del país encontramos mujeres dedicadas a vender su cuerpo y grandes organizaciones y redes detrás de sus servicios. El negocio La prostitución es uno de los oficios más antiguos del mundo. Por siglos los hombres han pagado por tener sexo. Hoy y tras muchos años, las formas de ejercer la prostitución han cambiado y con ello las palabras para referirse a este oficio: prostitutas, mujeres de la vida alegre, mujerzuela, meretriz, puta, trabajadoras sexuales, prepago, damas de compañía y finalmente ‘Danias’. Y es que fue tal el escándalo que surgió luego de que se conociera que agentes del servicio secreto estadounidense encargados de la seguridad del presidente Obama estuvieron con mujeres que prestan servicios sexuales en Cartagena, entre ellas una bella sanandresana Dania Londoño por quien se dio a conocer el escándalo luego de que revelara que uno de los agentes no había pagado lo que acordaron por sus servicios. Esta noticia estremeció hasta el congreso estadounidense y ocupó las páginas de los diarios más importantes del mundo y encabezó los titulares de reconocidos noticieros de televisión. Aún la investigación del caso no termina y este hecho logró que en Colombia a las mujeres que prestan este tipo de servicios se les conozca o se les llame como Dania. ‘Búsqueda sexual’ El docente universitario y psicólogo de profesión Julián Vanegas afirma que la prostitución además de ser uno delos oficios más antiguos, la gente siempre ha tenido interés de hacer una búsqueda sexual, el exhibicionismo, el voyerismo, son formas parciales de cómo se vive la sexualidad referida de la manera más simple al pene y la vagina. “Un sujeto está en todo el derecho de acceder a estos servicios, desde que las condiciones no se den bajo presión o sea un menor de edad, la persona esta en plena libertad de ir a un show de estríper, de pagar por sexo y disfrutarlo. Y habrá quienes ejercerán esa función. El problema se da para aquellos que sustituyen una vida sexual genital, digamos normal y encuentran en ese tipo de prácticas el punto máximo de expresión de su sexualidad, allí si estaríamos ante una desviación sexual. Por ejemplo aquellos que no se sienten en la capacidad digamos cuando están en una discoteca y ven a un chico o una chica que les parece linda de sacarla a bailar o tener una conversación, de ejercer los comportamientos que rodean o que son el preámbulo a una relación. No es una enfermedad tener relaciones sexuales con una prostituta, el problema está en aquel que solo puede tener relaciones sexuales con prostitutas porque allí si hay una desviación de la conducta sexual esperada”, concluyó el psicólogo. Como vemos ser prostituta, prepago, dama de compañía, ‘Dania’, no es un delito, es un oficio que se ejerce desde hace mucho tiempo, y que bien visto por la sociedad o no, prestan servicios sexuales y esto significa una opción de ingresos para estas mujeres que por necesidad o capricho obtienen dinero de trabajar con su cuerpo y su sexualidad. Talleres o conferencias escribir al correo electrónico sexualidad.com@hotmail.com