A pesar de las lluvias que por estos días han ‘refrescado’ a varias regiones del país, incluido el Huila, el gobierno nacional, a través del Ideam, declaro esta semana oficialmente la llegada del fenómeno de El Niño, luego de realizar seguimiento a la temperatura del océano Pacífico y establecer que durante cinco trimestres consecutivos se registraron valores superiores a 0.5 °C.
La propia ministra de Ambiente, Susana Muhamad, ha reportado: “De acuerdo con el Ideam y todas las instituciones internacionales de meteorología se ha cumplido el quinto trimestre seguido, en donde las anomalías del océano Pacífico en temperatura están por encima de los 0.5º. Esto significa que el fenómeno de El Niño ha llegado a su madurez y se puede declarar oficialmente su presencia en Colombia. Esto significa que el país tiene que continuar con su preparación. El Niño no es un juego: prepárate y actúa”.
De acuerdo con los expertos, el calentamiento del océano Pacífico tiene efectos en las dinámicas atmosféricas, representadas en aumento de temperaturas y disminución de las lluvias, sin embargo, hay una presencia de ciclones tropicales que han generado las lluvias de los últimos días en el Caribe y la región Andina.
Aunque las lluvias de los últimos días han sido intensas –particularmente en Neiva hubo cuatro días consecutivos de precipitaciones–, el promedio se encuentra por debajo de los registros históricos.
La advertencia de las autoridades es clara: la época seca iniciará en diciembre y podrá extenderse durante varios meses en 2024. Esto quiere decir que hay riesgos de desabastecimientos de agua y la ocurrencia de incendios forestales en los pueblos huilenses.
En efecto, El Niño no es un juego como lo asegura la Ministra de Ambiente. Las consecuencias de una gran sequía pueden resultar devastadoras. Por eso, es necesario que las autoridades y comunidades del Huila tomen la advertencia en serio y se preparen.
Si El Niño se intensifica durante el 2024, muy seguramente será la ‘pandemia’ que deberán enfrentar los nuevos mandatarios, que como hace cuatro años con el coronavirus llevó a que los gobernantes modificaran sus agendas de gobierno.