El Papa Francisco, aficionado al fútbol y declarado hincha de San Lorenzo, habla del deporte más popular del mundo a través de parábolas para explicar sus mensajes religiosos.
Jorge Bergoglio siempre fue amante del fútbol. Su pasión por deporte rey creció en el barrio de Flores, en su Buenos Aires natal. Allí, por las tardes iba con sus amigos a un terreno de la Iglesia Medalla Milagrosa a jugar a la pelota. Siempre le gustó ese deporte y desde chico se hizo hincha de San Lorenzo de Almagro, un club fundado por un cura, Lorenzo Mazza en 1908 para rescatar a los niños que vivían en las calles.
Como todo fanático, Bergoglio llevó su “amor por el fútbol” hasta el Vaticano. Incluso, ha utilizado metáforas futboleras en sus misas para llegarle al corazón de los fieles.
En estos años de papado, ha recibido en el Vaticano a varios jugadores y dirigentes de fútbol que le han regalado las camisetas de sus equipos.