La educación tiene un poder enorme, el de transformar vidas y generar movilidad social, que permite construir un país más justo. La educación nos da el poder de imaginar, crear, soñar y transformar el entorno, y eso es lo que estamos haciendo en este gobierno. Hemos focalizado toda la política educativa en cerrar brechas de inequidad en acceso, permanencia, calidad y pertinencia, entre regiones y entre instituciones. Tomamos una decisión sin antecedentes, decretar la gratuidad universal para todos los colegios oficiales, desde el grado cero hasta el 11, beneficiando a más de 8,6 millones de estudiantes. Redujimos las brechas de cobertura entre el sector urbano y rural, llevando a la escuela a 83 mil nuevos niños que viven en el campo.
Hemos reducido la deserción escolar a 4,3% en 2012, evitando que más de 50 mil niños abandonen sus estudios. Mejoramos los ambientes de aprendizaje en las regiones más apartadas y en las zonas más afectadas por la ola invernal. Se han reconstruido más de 4.800 sedes educativas oficiales, y hemos entregado 30 megacolegios, beneficiando a 512.000 estudiantes.
Pero de nada nos sirve mejorar las oportunidades de acceso con equidad si no nos enfocamos también en transformar la calidad educativa. Para lograrlo, tenemos a 3.000 formadores y tutores de alto nivel que acompañan a 70.000 educadores y hemos entregado 18 millones de textos escolares.
En educación superior los avances son significativos. Hemos trabajado para aumentar el acceso y cobertura sin importar las condiciones económicas o geográficas. Se han creado 283.000 nuevos cupos de educación superior y ampliamos la oferta de programas, llegando al 69% de municipios del país.
Lo más importante es que este aumento de cobertura se ha dado con equidad, pues el 58% de nuestros estudiantes de educación superior provienen de las familias más vulnerables. Hoy, el 73% reciben apoyo financiero del Estado y disminuimos a cero la tasa de interés real de los créditos del Icetex. Eso es darles más oportunidades a nuestros jóvenes.
Contamos ahora con más recursos para las instituciones de educación superior públicas. Gracias a la reforma tributaria logramos recursos adicionales por $1,5 billones; y más de medio billón con recursos adicionales de la Ley 30 y con regalías.
¿Para qué queremos un país más justo y más moderno? Para construir un país para la paz, un país en el que aprendamos a tolerar la diferencia. Y como nuestro deber es, por encima de todo, formar buenos ciudadanos, hemos apoyado la implementación de proyectos pedagógicos en formación para la ciudadanía, y lideramos la aprobación de la Ley de Convivencia Escolar.
Somos conscientes de que transformar la calidad de la educación tomará muchos años. Los retos a los que nos enfrentamos y las dificultades por superar son enormes, pero vamos por el camino correcto. Estamos sembrando, desde el sector educativo, las semillas necesarias para construir un país en el que haya paz y prosperidad para todos.
*Ministra de Educación Nacional