¿Por qué el hombre en su conducta diaria es un ser tan polarizado? Vive de extremo a extremo. ¿Por qué no somos equilibrados? Así de sencillo, si usted no tiene equilibrio, se cae. ¡Y qué fractura! A los tropicales, -y no sin razón- se nos ha calificado de ser perezosos. Y en parte, es verdad. ¿Qué país tropical es desarrollado económicamente a excepción de Singapur? Pues, ninguno. Como que aquí vivimos en la abundancia de recursos naturales y todo el año tenemos sol, entonces, ¿para qué preocuparnos por el mañana? En la mentalidad de muchos, -para desgracia nuestra- se vive una economía de subsistencia, no de productividad. ¡Ah! Nos contentamos con tan poco. Definitivamente el subdesarrollo es más de mentalidad, -de disco duro- que un subdesarrollo estructural o como llaman algunos marcados por el resentimiento social, el subdesarrollo está en el sistema. ¿Cuál sistema? El subdesarrollo está en su mente. Aquí todo lo volvemos, “pan y circo”, he ahí una de las herencias latinas. Traducido a nuestro lenguaje criollo: “No importa que la plata se gaste, lo que importa es que el indio se divierta”. Bueno, pero a ¿dónde va el título de este artículo? Después de ese gran “preámbulo”, vayamos al grano. Ahora se ha venido introduciendo la costumbre de trabajar, sobre todo en el sector público, los domingos. ¿Para dar resultados? Y ¿dónde están? Pues mire usted, la semana tiene siete días. Un día de ellos, por razones culturales y en nuestro caso de cristianos, por razones teológicas, el domingo es el “Día del Señor”, día de descanso. Pues ahora, sobre todo en la administración pública, especialmente en la rama ejecutiva, los pobres “ejecutivos” no les queda tiempo ni para sí mismos. Se está perdiendo la familia. No hay tiempo para el cónyuge, menos para los hijos y aún menos para Dios. El papá o la mamá llegan a altas horas de la noche y tienen que salir muy temprano. Además, ahora tienen que trabajar los sábados y domingos. ¿A qué hora descansan? Una persona cansada ¿podrá dar resultados? Y como el celular no se puede apagar a ningún momento, entonces, ¿dónde está el encuentro familiar? Una persona afectada afectivamente, rendirá el 40% de su capacidad de trabajo. En países de alto ingreso per cápita, como los países nórdicos, no se ve a la administración pública resolviendo problemas comunales los sábados y domingos. Hay que ver los resultados. Hoy aceptar un cargo de alta dirección se ha tornado un problema. Los hijos pierden a sus padres y los esposos a sus respectivos cónyuges. Deje de ser tan intenso (como dicen los jóvenes). Cuando usted esté enfermo, con alguna enfermedad cardiovascular, no va a venir el cargo público representado, a darle una ayuda. Sólo al lado suyo estará su cónyuge, si es que ha cultivado el amor. Deje de ser desordenado en su trabajo. Por eso lleva el trabajo para su casa, para utilizar la máscara del “hombre trabajador”. Si usted llega a su oficina a las siete de la mañana, alcanzará a resolver los problemas antes de la nueve y entonces sí empezará a atender público a partir de esa hora. Aprenda a decir: NO. Y no quede mal con todo el mundo. Si optimiza el tiempo, terminará su trabajo antes de las ocho horas laborales. No me venga con el sofisma de distracción que usted trabaja mucho, porque aún los domingos y por qué no, los sábados está dedicado al trabajo. Todo extremo es vicioso. “Ni tan cerca que queme al santo, ni tan lejos que no lo alumbre”. Froilán, obispo de Neiva.