A los franceses nada les queda grande en los Olímpicos. Si bien se advertía que el río Sena no podía ser utilizado para las pruebas de natación, por la calidad del agua, poco antes de las competencias las autoridades deportivas dieron el aval.
Faiver Hoyos Hernández
Presidente de ACORD Colombia
Todo un misterio se teje a lo largo de años y casi un siglo, con relación al nado en el río Sena o Seine en francés, convertido en el tercer río más grande del territorio con una distancia de 776 kilómetros, que recorre las regiones de Borgoña-Franco, Isla de Francia, Gran Este y Normandía. Sobre el Sena en París, a sus orillas, se ha levantado un impactante desarrollo arquitectónico, que promueve el turismo, siendo esta una industria que crece cada día.
Cuando el río es dragado, la navegación se incrementa haciendo que buques transatlánticos puedan ubicarse a poco menos de 120 kilómetros del mar. Los Bateau Mouche predominan y durante la inauguración de los Juegos Olímpicos sirvieron para que los países participantes desfilaran a manera de paseo acuático. La profundidad del Sena alcanza los seis metros, aunque cuenta la historia que antes del año 1.800 era menor. La instalación de las famosas esclusas, concebidas como obras de arte e hidráulicas, eleva de manera artificial el nivel, lo cual también ayuda a dar manejo a su cauce para cuando se presentan épocas de fuertes lluvias e invierno.
En la apertura de las competiciones de los actuales Juegos Olímpicos hubo dudas sobre la utilización del río Sena para realizar pruebas de nado, especialmente las de triathlón, para lo cual se escogió este caudal como escenario perfecto para la natación. Existía el sofisma que el agua no era de la mejor calidad, por la presencia de una bacteria que las autoridades especialistas francesas debieron tratar con anterioridad para así evitar algún problema médico, más aún que eran atletas de alto nivel quienes iban a lanzarse sobre esas aguas.
Vía libre para competir en sus aguas
El momento esperado llegó y la noticia más esperada fue oficializada. El mismo día de las pruebas, horas previas (madrugada en París), se confirmó por parte de la organización que las competencias se harían en el Sena. La ciudad de París, históricamente ha presentado un serio problema con su sistema de alcantarillado, que según expertos genera un desbordamiento lo cual produce a la par un problema sanitario, dado que las aguas residuales no tratadas van directamente al río. En ese sentido, precisan los expertos, “aumenta o se activa en mayor escala la bacteria alóctona”, que indica pérdida de oxígeno.
Desde el año 1.923 se prohibió bañarse en el Sena. Existe una ordenanza que según la contaminación del río no admite ninguna práctica deportiva o recreacional donde se exponga el cuerpo humano. Hay investigaciones que indican que en 2.009 fueron encontradas nuevamente especies como el salmón atlántico lo que significa que la calidad del agua había mejorado. Existe dentro de las reseñas que el Sena ha sido testigo de la coronación de Napoleón, así como de muchos otros eventos. Las tragedias y olas de sangre también acompañan terribles misterios.
Su espectacularidad y constante presencia de puentes en su trayecto, es lugar estratégico para suicidios, además de toparse en sus riveras con cadáveres lanzados, producto de dramáticos asesinatos. Expresiones artísticas como el cine, obras literarias, la música y la pintura han sido inspiraciones de autores franceses, fundamentados en el Sena.
Escenarios en rompecabezas con monumentos reales
Gran parte de los escenarios en donde se disputan los Juegos Olímpicos de París 2024 desaparecerán una vez concluya el evento. La magia de la arquitectura que asesoró a las autoridades y organizadores en general, aprovecharon los simbólicos monumentos y lugares para ambientar los espacios deportivos.
El río Sena por ejemplo no fue visto solamente en los actos inaugurales. Las pruebas de triatlón y marcha atlética recorrieron parte de su entorno. La maravillosa y esbelta torre Eiffel acompaña igualmente desde cerca y lejos a varias de las competencias. El armazón que hicieran al montar escenarios al estilo de rompecabeza permite que una vez concluyan los Juegos Olímpicos estos desaparezcan como por arte de magia.
Y qué decir del gran Obelisco y la Plaza de La Concordia, en donde año a año el Tour de Francia hace presencia. Esta vez sirvieron de vista estratégica para diversas pruebas entre ellas el Free Style que aglutina diariamente un sin número de espectadores. El Comité Olímpico Internacional y los organizadores de los Juegos en general, se tomaron el tiempo necesario para diseñar escenarios al aire libre, enmarcados en tan milenarias obras y arquitecturas que fascinan al mundo entero. Ya les contaré, en una próxima entrega sobre lo que se mueve detrás de la industria deportiva más grande del planeta.
