Con toda razón, hay una gran preocupación en el país tras los más recientes resultados del Dane sobre el pobre desempeño que está teniendo la economía colombiana. Durante los primeros tres meses de este año, el Producto Interno Bruto nacional sólo creció un 0,7%, marcando así una racha de cuatro trimestres con registros por debajo del uno por ciento.
El comercio minorista, la construcción de vivienda y el sector de las industrias manufactureras, que han sido históricamente motores de la economía y generadores de puestos de trabajo, reportan números rojos. La inversión privada también pasa por su peor momento.
Al bajísimo crecimiento de la economía se suman dos hechos sumamente peligrosos: el no cumplimiento de las metas de recaudo tributario y los bajos niveles de ejecución de la inversión pública a nivel nacional.
No hay que tener mayores estudios o doctorados en economía para deducir que estas alertas que está dando la economía colombiana tienen un efecto nocivo en las empresas, las inversiones y la generación de empleo en las ciudades y especialmente en territorios intermedios como la capital del Huila. Es obvio que si el comercio o la vivienda, sectores que siempre han jalonado la economía del país, caen, inmediatamente habrá una repercusión negativa en el mercado laboral y la calidad de vida de los hogares colombianos. Los neivanos tienen el recuerdo reciente de los efectos de la pandemia y del paro de 2021: muchas empresas cerraron y miles de personas quedaron en la calle.
Desde los gremios económicos, se han escuchado voces de un gran acuerdo nacional por la reactivación del país. Esta propuesta no debe ser despreciada por el Gobierno Nacional, que, evidentemente, tiene que empezar por reconocer que la economía enfrenta tropiezos y que si no hace algo urgente y concreto, los colombianos terminarán ‘asfixiados’ y colapsados económicamente.
Es momento que el inquilino de la Casa de Nariño deje a un lado cualquier discusión ideológica y priorice la recuperación de la economía colombiana. El Gobernador del Huila y los alcaldes también deben pensar en lo mismo.