Todo el Huila y el país entero debe rechazar y condenar sin ambages el salvaje ataque contra Emily Yate Perdomo ocurrido en el municipio de Garzón, en el centro del departamento.
Como es de conocimiento público, la joven trans, de 24 años de edad, fue agredida a machete en innumerables oportunidades el pasado 11 de julio por un hombre, cuya identidad fue establecida rápidamente por las autoridades a partir de los videos en los que se aprecia no solo el demencial ataque sino los instantes previos y posteriores.
Uno de los videos es profundamente impactante porque muestra la sevicia con que el agresor sorprende a Emily. Fueron al menos, 12 heridas a machete que el individuo le propinó a la mujer trans, especialmente en su rostro. La escena es dantesca y despierta una inmensa indignación. ¿Cómo es posible que alguien sea capaz de tomar un machete y propiciar semejantes heridas a otra persona? ¿Hemos normalizado como sociedad este tipo de agresiones salvajes?
El ataque contra Emily ha despertado una gran consternación entre los garzoneños, pero no se debe quedar solo en eso. Este hecho debe despertar profundas reflexiones, comenzando por mirar qué se ha hecho para eliminar las actitudes homofóbicas y transfóbicas, a menudo combinadas con una falta de protección jurídica adecuada contra la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. Las mismas Naciones Unidas han advertido numerosas veces que las personas LGBTIQ+ son discriminadas en la calle, en el trabajo, en las instituciones educativas y hasta en las entidades oficiales. Son muchas veces maltratadas y repudiadas por sus propias familias. Son víctimas de agresiones físicas, son golpeadas, agredidas sexualmente, torturadas y asesinadas.
Para el caso de Emily, se debe exigir que las autoridades investiguen a profundidad la agresión para que si es del caso, el ataque sea abordado como un intento de feminicidio y el violentador reciba una sanción ejemplarizante.