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El suicidio: ¿la peor decisión?

El don más preciado con que pudo premiarnos el creador, fue el de habernos dado la vida. LUIS HUMBERTO SALAZAR MORENO Especial LA NACION El don más preciado con que pudo premiarnos el creador, fue el de habernos dado la vida. Lograr la fecundación en tan escasas posibilidades de que el espermatozoide fecunde al ovulo, se constituye en un verdadero milagro; dice el sacerdote Alberto Linero. El fenómeno del suicidio viene presentándose  y aumentándose a nivel mundial  y por supuesto en Colombia y nuestro departamento no ha sido la excepción. Causas recurrentes por las cuales las personas optan por esta alternativa; siguen siendo los problemas existenciales, emocionales y económicos. Enseña la sagrada escritura que solo el supremo es quien nos dio la vida, es dueño de la misma y nos tiene un día señalado para nuestro regreso a la eternidad. Otros conocimientos dicen que venimos al planeta por un tiempo determinado, que tenemos un camino por recorrer, el cual no podemos ni debemos interrumpir a voluntad y bajo ninguna circunstancia, so pena  de tener que pasar el tiempo faltante para completar ese ciclo de vida  en una dimensión de sufrimiento extremo. Conscientes de la existencia deberíamos cuidar nuestro cuerpo como vehículo y el espíritu como conductor del primero; pero contrariando toda lógica, tratamos de destruirlo en un ambiente enrarecido, contaminado por nosotros mismos, con una alimentación insana e inadecuada; agregando el consumo de bebidas alcohólicas, drogas y cuanta ingesta se nos presenta sin selección alguna. Otro tanto acontece con el espíritu; el que en vez de cultivarlo con los mejores conocimientos, enseñanzas valores y virtudes tendiente a adquirir sabiduría; nos venimos apartando de la espiritualidad, dejándonos llevar por el mundo material, desorganizando la mente, lo cual viene produciendo un desequilibrio emocional; aunado a los problemas económicos viene haciendo que muchas personas llevadas por la desesperación recurran al suicidio como solución a sus problemas. El mayor error del hombre consiste en haberse separado del creador; por tal motivo viene perdiendo su norte, brújula y espiritualidad, siguiendo el camino fácil y amplio de los vicios, placeres, la molicie y el consumismo. Sabemos que nos rigen leyes divinas y naturales, las cuales desconocemos o conociéndolas no acatamos, y en consecuencia hemos convertido un planeta bello, fecundo, agradable, de paraíso; en un lugar inhóspito, hostil de sufrimiento y desdicha. Sabemos a si mismo que nacemos con una función, una misión y un propósito; los cuales debemos cumplir a cabalidad aceptándonos, respetándonos, y adaptándonos de la mejor manera al ambiente y a todas la circunstancias que se nos presenten . El camino por recorrer una vez se nace, está plantado de vicisitudes y avatares de toda índole, momentos agradables y sufrimientos, que en este transito cometemos errores, los cuales nos enseñan, nutren el alma, templan el espíritu; es donde debemos buscar la iluminación del Altísimo y de amigos y profesionales que nos puedan orientar para tomar así las mejores determinaciones, no dejarnos llevar por la desesperación; recordando que la vida es un milagro, llena de belleza, que todos los problemas son solucionables, que hay que mirarla con gratitud y respeto, que mientras haya vida hay esperanza, que el triunfo o el éxito pueden encontrase a la vuelta de la esquina y que bajo ninguna circunstancia, por ningún motivo y por muy difícil y dura que parezca la situación no podemos ni debemos recurrir al suicido, constituyéndose en la peor decisión.