Por: René Jiménez Cobos
Lamentaciones 3:31-32: “Pues el Señor no abandona a nadie para siempre. Aunque trae dolor, también muestra compasión debido a la grandeza de su amor inagotable”.
Uno siempre le pide a Dios que todo nos salga perfecto, pero a veces no tenemos el carácter para recibir todo lo que pedimos, por eso el Señor permite el quebrantamiento, porque es allí donde vamos formando el carácter, para enfrentar la responsabilidad de recibir lo grande que tiene Dios para nosotros y especialmente en este 2021 “Todo se arreglará al final, pero si no está bien, entonces aun no es el final”. Dios tiene el control de tu vida, pero hay momentos donde todo parece el final, donde los sueños se acaban, las metas no se cumplen y nos sentimos frustrados. El Libro de los Proverbios 4:18 dice: “El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor”.
Dios te va a llevar de victoria en victoria este nuevo año, a veces no queremos caer, pero esa caída, esa adversidad, o ese dolor, es usado por Dios para que aprendamos a creer y confía en él. Muchas veces queremos que Dios nos de todo lo que deseamos y como nosotros queremos, pero el Señor tiene sus propios procesos. “Ese quebrantamiento será tu gran oportunidad”. A veces oramos mal Santiago 4:3 dice: “Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer”. Muchas veces decimos; queremos evitar cualquier cosa difícil, y cuando pasa algo que no me gusta, digo ¡Dios no me escucha, no está conmigo, por qué? Dios te está diciendo, te estoy guardando, y te voy a bendecir de la mejor manera. Mañana darás gracias a Dios por todas las oraciones que él contestó y por las oraciones que no respondió.
En el momento de la dificultad siempre buscamos culpables, pero hoy Dios nos dice, reflexiona mira que tenemos que cambiar porque el camino que tomamos no es el correcto. No te enfoques en tu problema, enfócate en Dios. Cuando buscas de Dios tienes una visión más grande, Dios abrirá todas las puertas que en algún momento se cerraron.
“No es la pobreza ni la enfermedad que te destroza, es tu actitud que tomas frente a la dificultad”.