El ELN liberó hoy al canadiense Gernot Wober cautivo desde enero, en un gesto "humanitario" que esa guerrilla espera constituya "un aporte por la paz" del país, y que fue celebrado por el presidente Juan Manuel Santos.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) confirmó que Wober fue transportado en un helicóptero de ese organismo internacional desde la región del norte de Colombia donde fue liberado, hasta Barrancabermeja.
Posteriormente, Wober fue traido a Bogotá, donde se reunió con autoridades de la embajada canadiense en Colombia y será sometido a exámenes médicos "de mayor profundidad".
El presidente Santos "celebró" la liberación y la recibió como "un paso en la dirección correcta", dijo en su cuenta en Twitter.
El jefe de la delegación del CICR en Colombia, Jordi Raich, dijo que Wober "parece tener buen estado de salud", según un médico de ese organismo humanitario que lo examinó antes de partir de la zona rural del departamento de Bolívar donde se produjo la liberación.
A su llegada a Barrancabermeja, Wober -que iba vestido de camisa azul y pantalón oscuro- bajó del helicóptero caminando y saludó a los periodistas que le esperaban en el aeropuerto.
Temprano este martes, el ELN anunció en un comunicado en su página web que liberaría a Wober.
El ELN indicó que la liberación era posible luego de que la minera canadiense Braeval Mining -para la que trabaja Wober- anunciara el 24 de julio la devolución de los títulos mineros "de los que se había apoderado" en el departamento de Bolívar, donde se produjo el rapto.
Wober, de 47 años, fue secuestrado el 18 de enero junto a dos peruanos y tres colombianos, que también trabajaban para Braeval, con sede en Toronto, pero que fueron puestos en libertad un mes después.
La compañía canadiense renunció a fines de julio a sus actividades en Colombia debido a "desfavorables condiciones de mercado y planes de reorientar los esfuerzos a sus otros proyectos", sin mencionar el caso del ingeniero cautivo.
Este martes, en el comunicado que anunciaba la liberación de Wober, el ELN refirió "denuncias de comunidades afrocolombianas estafadas por otra empresa canadiense (no identificada), que huyó del país sin pagar los 20 millones de dólares de compensaciones que les adeuda por talar 4.000 hectáreas de bosques en el departamento de Chocó".
Sin embargo, el ELN apuntó que ha cumplido la palabra de liberar a Wober, como lo anunció el 20 de agosto, "luego de garantizarle su integridad física pese al duro esfuerzo que le significó atravesar toda la serranía de San Lucas de norte a sur".
Un "aporte por la paz"
En otro comunicado del primer comandante del ELN, Nicolás Rodríguez (alias Gabino), publicado este mismo martes el líder guerrillero dijo esperar que el "acto humanitario" que constituye la liberación de Wober "contribuya a un sano intercambio y aporte por la paz de Colombia".
"Queremos resaltar en nuestro mensaje que este desenlace exitoso demuestra que son posibles las soluciones negociadas de los conflictos, aún existiendo intereses contrapuestos", dijo Rodríguez.
Asimismo, el comandante del ELN afirmó que el grupo "ha planteado la urgencia de un proceso de paz para Colombia" y desde hace 20 años "ha hecho énfasis y expresado públicamente una visión de cómo y bajo qué parámetros deben explotarse los recursos naturales", porque no comparte la forma cómo lo han venido haciendo los sucesivos gobiernos.
El presidente Santos, afirmó hace una semana que la liberación de Wober sería "un paso correcto, en la dirección correcta, para iniciar" un diálogo con la segunda guerrilla del país, a la que su gobierno reconoce unos 2.500 combatientes.
El gobierno de Santos sostiene desde noviembre de 2012 negociaciones de paz en Cuba con la mayor guerrilla del país, las FARC.
Antes de iniciar las conversaciones de paz, las FARC renunciaron al secuestro y liberaron a sus últimos rehenes.
En julio, Rodríguez y el máximo comandante de las FARC, Timoleón Jiménez, pidieron al gobierno "adelantar conversaciones con toda la insurgencia" para poner fin a casi medio siglo de confrontación armada.
El conflicto colombiano, en el que también han intervenido grupos paramilitares de derecha y organizaciones narcotraficantes, ha dejado desde los años 1960 unos 600.000 muertos y cerca de 4,5 millones de personas desplazadas por la violencia.