El desarrollo de la región y el país está relacionado con la calidad de los procesos de formación y la capacidad de aplicar el conocimiento al fortalecimiento del tejido social y la prosperidad colectiva; por este motivo, en el contexto internacional la educación es considerada como un factor clave del desarrollo, especialmente en países que como en el caso colombiano, registra preocupantes índices de pobreza y de inequidad ciudadana. Dentro de las macro tendencias que en las dos últimas décadas han generado importantes desafíos para las instituciones de Educación Superior, se destacan la revolución científico-tecnológica, la internacionalización del conocimiento y la globalización de la economía. La experiencia deja en evidencia que si bien el proceso de globalización corresponde a una fase de la historia de la humanidad, caracterizada por mayores flujos económicos de productos, servicios, insumos y factores productivos, no corresponde necesariamente a un incremento equitativo del progreso y mejoramiento de la calidad de vida en todas las regiones del mundo. Las ventajas derivadas de estas transformaciones mundiales fortalecen por lo general a un sector reducido de la población, aumentando la brecha de desigualdad en términos de calidad de vida y acceso a bienes económicos y culturales, en los diferentes grupos de población tanto de los países industrializados como los subdesarrollados. En este contexto, el país requiere hoy de profesionales de diferentes áreas del conocimiento competentes para ejercer una ciudadanía responsable y generar un retorno a la sociedad como seres humanos con capacidad comprender y transformar el entorno así como para concebir y desarrollar iniciativas basadas en el conocimiento que respondan a las nuevas y complejas relaciones laborales, organizacionales y sociales. La Universidad en cumplimiento de su misión como generadora y socializadora del conocimiento, debe tener en cuenta las grandes transformaciones mundiales, las tensiones que se generan entre los escenarios mundiales y los escenarios nacionales y regionales caracterizados por el aumento de la pobreza, el desempleo, la informalidad, la desigualdad y la corrupción en sus diferentes manifestaciones. Una estrategia para dar respuesta a estos desafíos y fortalecer la relación Estado-Universidad-Sector Productivo, es la de estimular e inculcar en los jóvenes la aplicación de sus conocimientos a la solución de problemas específicos de su entorno inmediato, mediante procesos de investigación, creatividad, innovación y emprendimientos de orden empresarial y social., motivo por el cual es prioritario iniciar el proceso de construcción de una cultura emprendedora e innovadora en los programas de pregrado y postgrado, que pueda ser adoptada como una política institucional que involucra a toda la comunidad universitaria y se articule a la Red Departamental del Emprendimiento.