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Empresas Públicas de Neiva – Por Gabriel Calderón Molina

No era mi propósito escribir hoy sobre este tema, pero el martes pasado me encontré con mi compañero de bachillerato en el Colegio Simón Bolívar de Garzón, Jaime Segura Carvajal No  era mi propósito escribir hoy  sobre este tema, pero el martes pasado me encontré con  mi  compañero de bachillerato  en el   Colegio Simón Bolívar de Garzón, Jaime Segura  Carvajal,  ex director  del desaparecido Inscredial y ex Tesorero General del Departamento. Me invitó a un tinto y me planteó el tema de la crisis    que  padece las EPN,  cuya  lamentable  situación tocó  fondo, según opinión que muchos compartimos,  en el gobierno  de Héctor Aníbal Ramírez. Dijo mi ex compañero que  esta  empresa  es una vergüenza para los  neivanos  y que los  ciudadanos  deberíamos  organizar  una  protesta callejera masiva para  demostrar   inconformidad ante  la corrupción, ineficiencia,  la incapacidad y desgreño administrativo que hace que los usuarios  paguemos una de las  tarifas por el  servicio de  agua más altas del país.  Y por  si algo  faltara,  con un sindicato conformado por  empleados que aliados con gerentes politiqueros ha  alcanzado desmesurados privilegios que tienen a esta institución en peligro de inminente  bancarrota. Todo esto lo expresó mi ex compañero de colegio como un ciudadano a quien le duele la suerte de su ciudad. Más aún, dijo que era el colmo que los columnistas de los periódicos locales no tratáramos este asunto tan comprometedor con el futuro de  Neiva. Le expresé mi opinión de que en esto  y en todo lo dicho le  asistía la razón y  que pronto  me ocuparía del tema, como en efecto hoy lo hago, haciendo alusión  a su nombre no solo  porque  así él lo quería, sino porque  nos está  dando una lección de carácter y valor  civil. Recordé, sin embargo, que La Nación ha sido un diario crítico de lo que le está  sucediendo a las EPN y que en  el editorial  ha  hecho expresas recomendaciones de modernización de esta empresa del municipio. En  realidad  los neivanos   hemos sido  indiferentes su desmangurre administrativo evidente casi desde  cuando se introdujo la elección popular  de alcaldes. Desde entonces  todo en las EPN ha sido ineficiencia, deshonestidad y  desorden ante lo cual  los  órganos de control, ni  los ciudadanos  hemos sido  capaces de reaccionar. Hemos  carecido del suficiente  valor para  rechazar las actuaciones contrarias al buen servicio   y que  se agravó en el  anterior  gobierno  en  sus días finales cuando se le copó de  burocracia innecesaria, cuando se dejó agravar la deficiente  calidad de los servicios de aseo y alumbrado público y cuando  la utilizó, como dicen algunos, como caja menor del gobierno municipal.  Quiera Dios que las intenciones de cambio  del actual Alcalde salgan adelante para el bien de Neiva y que oigamos el clamor de las  gentes conscientes de este problema, como lo hace Jaime Segura.