Además de la escasez de agua por el fenómeno de ‘El Niño’, los habitantes de la vereda Polonia, en Villavieja, ahora tienen que enfrentarse a los malos olores que salen del alcantarillado. La situación se presenta porque el caño que los recibía y conducía hasta el río está convertido en un pedregal.
La problemática empezó con los primeros asomos de la sequía. Cuando el caño en donde se descarga el alcantarillado de Polonia se redujo a un arenal.
Pero el problema no paró ahí, porque el río Villavieja que es el que recibe el caño con todos los residuos también quedó sin agua. Acrecentando aún más el problema.
Lo que no se explican los moradores de esta vereda, que es la que le da la bienvenida a los turistas nacionales e internacionales que llegan a conocer el Desierto de La Tatacoa, porque es la primera que encuentran antes de llegar al pueblo, es porque el alcantarillado que les construyó Aguas del Huila hace unos ocho años lo dejaron a mitad de camino y no instalaron la tubería hasta el río, lejos de la vereda.
Contaminación
Las aguas servidas son las que alimentan ahora el caño, contaminando todo a su paso. Esa situación está desencadenando en un problema de salud para la comunidad, que ya no aguanta los malos olores y los zancudos y moscas a toda hora.
Las personas de las casas aledañas presentan problemas en la piel. Que tratan de aliviar con remedios caseros porque en la vereda no hay puesto de salud, y el hospital de Villavieja que es el más cercano está quebrado y a punto de ser cerrado, por lo tanto no hay quien los atienda.
A pesar de que el sitio es un camino obligado para las personas que tienen que dirigirse a otras veredas y fincas cercanas a trabajar, evitan el paso frente a la alcantarilla y dan la vuelta por la vía central para no someterse a los fétidos olores.
“Este es un problema que ya no lo soportamos. Los malos olores nos tienen desesperados y ahora que el río se secó la cosa se puso más difícil. Hay gente que no sabe que el alcantarillado despunta sobre el río y se bajan a meterse al poquito de agua que a veces hay, y lo que encuentran es esa agua podrida”, le dijo a LA NACIÓN, Napoleón Tovar, un campesino que todos los días pasa por el caño para llegar a su trabajo.
Doña Ligia Bahamón, habita con su esposo la casa que queda justo al frente de la alcantarilla, los dos son de la tercera edad, y en varias oportunidades han tenido que irse de la casa porque no soportan los malos olores.
“La hediondez no la aguantamos. Varias veces hemos tenido que irnos porque nos desesperamos por los olores y con los calores que hacen es peor, no tenemos sosiego a ninguna hora”, dijo Ligia.
Y agrega que la queja la han puesto en varias instancias pero nadie les resuelve nada. Incluso los políticos en campaña han llegado a ofrecer soluciones que terminan en solo promesas.
“Aquí han llegado toda clase de doctores que dicen que nos van a solucionar esto pero no salen con nada. En las últimas elecciones hicimos varias reuniones pero todavía no nos han dicho nada, no han vuelto”, afirma Ligia Bahamón.
Gestión de la junta
La Junta de Acción Comunal de Polonia se ha reunido con el alcalde de Villavieja, con delegados de la Cam y con dirigentes regionales, en busca de una solución, pero en ninguna parte les ponen cuidado. Entretanto la comunidad sigue exponiéndose a todo tipo de infecciones por malos olores y picaduras de sancudos que salen del caño.
“Nosotros hemos pasado notas de la situación a la Alcaldía y a la Cam, incluso los de la Cam vinieron y tomaron fotos pero no se ha vuelto a saber nada de la inspección que hicieron. Nos preocupa que en esta zona viven muchos niños y ancianos y los malos olores les están causando enfermedades. En ocasiones está uno comiendo y no se aguanta. Inclusive hemos visto como las gallinas vienen y toman agua del alcantarillado y se mueren”, denunció el presidente de la Junta de Acción Comunal de Polonia, Darío Tovar.
Gonzalo Perdomo, otro de los afectados agregó que el problema se debe a la mala planeación de los trabajos, porque no pensaron que el caño se podía secar y generar el problema que hoy está padeciendo la comunidad.
“Como se les ocurre hacer el descargue del alcantarillado en un sitio seco. Ahora la contaminación más grande es para el río, que también se secó y no hay por donde bajen los residuos, y a nosotros nos toca aguantarnos todos los problemas que se generan por esa situación”, aclaró Perdomo.
Manuel Tovar exconcejal de Villavieja y líder cívico de Polonia, añade que la mala elaboración de los planos del alcantarillado, que hicieron los contratistas y que no corrigieron cuando se dieron cuentan del problema fue la causa de que los trabajos quedaran a mitad de camino.
“El alcantarillado se construyó cuando era gerente de Aguas del Huila Migdonia Patiño, el contratista fue Jhon Jairo Trujillo. La obra quedo a medias porque se hicieron estudios para dos plantas de tratamiento y se construyó solo una. Ahora el problema es para la comunidad”, aseveró Tovar.
Y agregó que el problema lo está padeciendo también el río Villavieja, porque el alcantarillado le cae sin ningún tipo de tratamiento, lo que hace que la vereda Polonia que es la puerta de entrada al Desierto La Tatacoa solo le entregue malos olores a los turistas.
El caño por donde corrían las aguas servidas se secó y ahora los vecinos no aguantan los malos olores.
Las aguas además de malos olores producen sancudos que están causando enfermedades.
En el sector habitan niños y personas de la tercera edad que son los más afectados.
A este sitio a pocos metros del puente sobre el río Villavieja legan luego de un largo recorrido las aguas del alcantarillado.