Largamente esperado, el TLC con Estados Unidos lleva ya dos meses y una semana en acción y pareciera que en el Huila no estamos tomando con seriedad esta enorme puerta que se ha abierto para casi todos los negocios colombianos Largamente esperado, el TLC con Estados Unidos lleva ya dos meses y una semana en acción y pareciera que en el Huila no estamos tomando con seriedad esta enorme puerta que se ha abierto para casi todos los negocios colombianos, al igual que pocas o ninguna precaución para proteger a nuestros productores y empresarios frente a la avalancha que tendremos de productos y servicios “gringos”. Si bien los grandes consultores de comercio internacional nos aseguran que existen grandes posibilidades económicas para la Región Surcolombiana, frente a la implementación de este tratado, por ahora estamos viendo pasar esas oportunidades y generando un gran riesgo para la estabilidad de quienes resultarán afectados por la desigual competencia cuando de importaciones se trate. De entrada, y eso se dijo una y mil veces durante todos los años de negociación del acuerdo con los norteamericanos, debíamos prepararnos tanto para saber ofrecer y vender como para contener a los productores extranjeros que tendrían en nuestro país, y la región, un atractivo mercado; nos dijeron que habría que fortalecer la infraestructura, la capacidad de servicios y los niveles y calidad de producción regional. Pero llegó el acuerdo en firme y poco o nada se hizo; al contrario, las condiciones de competitividad siguen a la baja, las carreteras en peor estado, los entes territoriales con mucho menos margen de acción como consecuencia de la caída de regalías, y la capacitación de nuestra gente ha avanzado apenas centímetros. Y ahí nos vinieron a recordar los expertos que sólo 460 kilómetros separan al Huila con el puerto de Buenaventura y la estrategia existente para conectar al Huila con las costas es a través del ferrocarril, y que estas potencialidades son clave para la exportación de combustibles, aceite, pescado, entre otros productos que se generan en el departamento. Algunos esfuerzos valiosos, como el Mapa de Oportunidades que la Superintendencia de Sociedades le entregó al Huila, no han sido aprovechados ni convertidos en factores de mercadeo o promoción de las potencialidades de inversión que tenemos en muchas áreas, como el turismo y agroindustria. Y no necesitamos que nos repitan lo que ya hemos discutido en tantos foros: que la región puede promoverse como una plataforma de exportación nacional, que existen otros productos para explotar como el plástico, caucho, cuero, manualidades, confecciones y el sector agrícola y agroindustrial. Y que los gobiernos deben facilitar el entono de los negocios, mejorando los procedimientos, costos, gravámenes y agilidad en el pago de contratos, para la creación de empresas. En fin, muchas de esas tareas siguen pendientes, en la pizarra de los incumplimientos, apenas miradas de soslayo en tanto otras regiones colombianas se apuntan a grandes obras, a infraestructura de puertos, a altos niveles de calidad y a sacarles provecho a sus productos propios. Estamos quedados, lejos del pelotón, apenas repitiendo lo que ya sabemos que tenemos que hacer. Sólo falta empezar a prepararnos; el TLC será largo y vendrán más, como el de China, así que, de todos modos, no es tarde para arrancar. DESTACADO “Estamos quedados, lejos del pelotón, apenas repitiendo lo que ya sabemos que tenemos que hacer”. EDITORIALITO La elección del congresista huilense Silvio Vásquez Villanueva como presidente de la Comisión Sexta de la Cámara de Representantes es una gran oportunidad para la Región Surcolombiana. Desde esa célula legislativa encargada de transporte y comunicaciones se pueden liderar importantes iniciativas para la región.