Las comunidades indígenas Inga y Kamsá del Putumayo desarrollan su vida diaria, estrechamente ligada a su cosmovisión ancestral, sin embargo, cada día la influencia ‘del hombre blanco’ permea su desarrollo social. Grupos originarios y occidentales, dos culturas que se encuentran y se conjugan. Las comunidades indígenas Inga y Kamsá del Putumayo desarrollan su vida diaria, estrechamente ligada a su cosmovisión ancestral, sin embargo, cada día la influencia ‘del hombre blanco’ permea su desarrollo social. Grupos originarios y occidentales, dos culturas que se encuentran y se conjugan. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. ENVIADA ESPECIAL / LA NACIÓN
“El indio se viste de blanco y el blanco se viste de indio”, dijo el taita Segundo Alfonso Males Jamioy mientras observaba a los participantes en el colorido desfile de las fiestas del Perdón en el Putumayo, realizado por las comunidades étnicas Inga y Kamsá de Mocoa. Mientras centenares de indígenas llevaban con orgullo sus trajes y adornos, muchos otros vestían jeans, tenis y grababan las festividades con celulares y cámaras de video. En medio de las comparsas, algunos hombres blancos acompañaron a los pueblos originarios de la región Surcolombiana, con los trajes tradicionales puestos y junto a ellos tocaron los ritmos musicales autóctonos, elementos esenciales de la sabiduría ancestral. Sin embargo, la interacción entre las culturas occidental e indígena fue mucho más evidente en las expresiones religiosas de los grupos étnicos del Putumayo. Los colores, sonidos y animales que identifican a la selva, fueron conjugados con los crucifijos, imágenes y fe de los templos católicos. Tradiciones religiosas netamente occidentales fueron practicadas por los grupos indígenas del sur. Para algunos de sus líderes lo importante no es el nombre con el que se llame a un Dios, ni es la representación de Cristo la que evocan. Para muchos de ellos, el respeto a la madre naturaleza y la rectitud del corazón son los que permiten una conexión espiritual superior. “Dios es la naturaleza. El infierno o el paraíso están aquí en la tierra. La vida es bella pero hay que saberla vivir. Somos humanos y cometemos errores, lo importante es que seamos conscientes de ellos y los cambiemos. Cada cual se da la vida que quiere vivir”, dijo Alfonso Males. Coincidencias La celebración al año nuevo para estos grupos étnicos se realizó el pasado fin de semana, en la víspera de la cuaresma. El propósito central de este carnaval indígena fue el renacimiento espiritual de sus participantes y el olvido a los problemas y rencores del pasado entre los miembros de la comunidad. “En las fiestas del Perdón todos salíamos con nuestros trajes e instrumentos, era un día de fiesta en el que los niños no iban a estudiar ni las personas a trabajar, ahora no es así. Cada día son más los indios que se visten de blancos y son más los blancos que acompañan nuestras fiestas”, manifestó el taita Alfonso. Algunos jóvenes que pertenecen a la nueva generación de colonos, los hijos de los blancos que llegaron al Sibundoy hace bastantes años, manifestaron un gran respeto y admiración por la cultura ancestral. Desde niños se familiarizaron con la cosmovisión indígena y desde entonces practican las tradiciones de los grupos originarios con amor y respeto. “El carnaval del perdón nos involucra a todos y somos felices por ser parte de esta fiesta”, manifestó Andrés, un pionero empresario blanco, que toca la zampoña como los taitas más adiestrados. Tradiciones ancestrales La música fue un elemento central en las festividades del Perdón en Mocoa y Sibundoy. Los instrumentos de vientos y de percusión marcaron el ritmo constante de las diferentes generaciones de pobladores. Los tejidos realizados por las artesanas de las comunidades fueron lucidos con orgullo por los nativos. Chaquiras, lanas, fique, plumas, semillas y mucha creatividad, fueron los elementos recurrentes en las elaboraciones artesanales. La medicina tradicional practicada milenariamente por los taitas de las comunidades, que tiene como base el uso de plantas y remedios naturales, ha sido alternada paulatinamente con las consultas medicas en los centros especializados. El uso del internet, el celular y las redes sociales son prácticas adoptadas por un alto porcentaje de indígenas de las diferentes comunidades. Sin embargo, algunos pobladores entrevistados aseguraron que su uso tiene como propósito exclusivo fortalecer los tejidos comunicativos de los diferentes pueblos. “Antes andábamos en bestias ahora nos tocó en motos”, dijo entre risas Alfonso Males. La tradición ancestral de los pueblos indígenas del Putumayo tiene una carga religiosa bastante fuerte. La musicalidad es un elemento central para los grupos ancestrales y es practicada por todas las generaciones de indígenas. En los templos católicos son alternadas las tradiciones indígenas y occidentales. Fotos Ginna Piragauta. El encuentro de culturas es un festivo acontecimiento en el Valle del Sibundoy. Diferentes etnias se unen en torno al perdón y la reconciliación. En el carnaval del perdón los abrazos y la reconciliación entre los indígenas se evidencia en las calles y casas de los pobladores. Aunque muchos indígenas usan sus trajes originales, muchos otros adoptaron el vestuario occidental.