Durante el primer mes del año repuntaron los homicidios en Neiva y a nivel departamental aumentaron los suicidios, mientras que en Colombia los cuatro tipos de muertes violentas que analiza el Instituto Nacional de Medicina Legal: homicidios, eventos de transporte, accidental y suicidios. Un experto opina sobre el tema.
CATERIN MANCHOLA
huila@lanacion.com.co
Durante el primer mes del año no cesaron las muertes violentas en Huila y en algunos municipios incluso aumentaron frente a un año antes, según reveló el informe del Instituto Nacional de Medicina Legal, sobre lesiones fatales en Colombia sucedidas en enero.
En el departamento el foco de atención se centra sobre Pitalito y Neiva que son las ciudades con más población, las cuales se han caracterizado por ser epicentros de los mayores hechos de este tipo, pero también merecen especial vigilancia otros municipios, pequeños y apartados, como Algeciras, San Agustín e Isnos.
Y es que de los 17 homicidios que ocurrieron durante el primer mes del año, 10 tuvieron lugar en Neiva, otros tres en Pitalito y en San Agustín, Baraya, Isnos y El Pital se reportó uno en cada uno. Las mayores víctimas de estos hechos continúan siendo los hombres, pues de acuerdo con las autoridades, 14 eran de sexo masculino.
El informe, además, entregó detalles de los casos de autoeliminaciones en el Huila. Llama especialmente la atención que durante las cuatro primeras semanas del año las ocho personas que decidieron acabar con su vida eran de sexo masculino: un joven menor de edad en El Pital, y el resto mayores de edad en Garzón, Gigante, Neiva, Rivera, San Agustín, Santa María y Suaza.
Adicionalmente, 16 ciudadanos fallecieron en medio de accidentes de tránsito en las diferentes vías del departamento, los hechos se registraron en las carreteras de Timaná, Tello, Suaza, Rivera, Pitalito, Neiva, La Plata, Hobo, Gigante, Garzón, Campoalegre y Acevedo.
Mientras que el deceso de otras tres personas está catalogado como violencia accidental.
Así, al culminar enero esta región totalizó 44 muertes violentas según el registro del Instituto Nacional de Medicina Legal, que comparado con los 59 eventos del mismo periodo del año anterior es un 25% menos; la reducción se debe sobre todo a lo relacionado con homicidios.
En enero del 2021 ocurrieron 26 homicidios donde figuró una víctima menor de edad y de sexo masculino, y tres mujeres mayores de edad. Siete ocurrieron en Pitalito, cinco en Neiva, tres en Algeciras, dos en Isnos; y en Acevedo, Campoalegre, Garzón, Gigante, La Plata, Paicol, San Agustín, Suaza y Timaná, uno cada uno.
Además, se registraron cinco casos de suicidio lo cual equivale a una reducción absoluta de tres frene al presente año, donde dos eran mujeres y tres hombres, todos mayores de 18 años. Dos de los hechos ocurrieron en Neiva y el resto en Isnos, Pitalito y San Agustín.
Otras 16 personas murieron en accidentes de tránsito, que es similar al presente año; cinco en las carreteras de Neiva, tres en Pitalito, dos en La Plata y en Rivera, El Agrado, Aipe, Altamira, Garzón y Gigante uno cada uno. De otro lado, 12 más fueron catalogados como de tipo accidental.
Suben en Colombia
Los repuntes en muertes violentas también se aprecian en el total nacional, pues el país tuvo una variación absoluta de 299 eventos, subió de 1.711 casos a 2.010, aumentando en un 17% en términos porcentuales.
En materia de homicidios Colombia pasó de 862 casos en enero del 2021 a 1.008 en el mismo mes del presente año, que se traduce en un crecimiento del 16%.
De igual manera, en eventos de transporte se pasó de 452 a 571 víctimas, que equivale a un 26% más.
Entre tanto las muertes violentes de manera accidental crecieron un 12%. Y en suicidios el aumento fue del 3%, subiendo de 176 casos a 182, según el informe de Medicina Legal.
¿Qué está pasando?
“El fenómeno de la violencia en Colombia es recurrente y ha tenido unos ciclos permanentes, revisando la historia se encuentra que, cada tiempo, se renuevan los tipos de violencia”, explicó Alfredo Vargas Ortiz, exsecretario de Gobierno de Neiva.
Recordó que en los ochenta estaba la que es generada por el narcotráfico, luego se recrudeció debido a los grupos insurgentes y recientemente “se ha dado un fenómeno de violencia urbana muy fuerte, que está directamente asociado a problemas de marginalidad e intolerancia”.
Para Vargas, en las urbes este fenómeno está ligado con el microtráfico, pero muchos de los factores también están asociados a la necesidad de políticas públicas o planes de seguridad y convivencia que sean realmente efectivos, se trata, por ejemplo, “en trabajar en pro de prevenir la violencia. Nosotros, desafortunadamente, tenemos en Huila unos motores muy fuertes para generar ese fenómeno porque no hay oportunidades ni empleo ni mayores posibilidades para que las personas lleven su sustento a casa”.
Y en ese sentido propone que el Estado debe buscar a los “delincuentes” no esperar a que estos salgan a las calles a delinquir.
Cuestionó sobre la efectividad del fondo de seguridad por $8.000 millones con el que cuenta el Huila, “¿qué se está haciendo con ese dinero en materia de prevención? Cuando hablamos de seguridad, es importante dotar a la Policía y Ejército, pero esos recursos también deben estar direccionados a la generación de empleo a esas personas marginales, porque es a través de las políticas de empleo, bienestar y generación de oportunidades que cesa esta violencia”.
Y aseveró: “la violencia se reproduce en razón al desempleo y vulnerabilidad que tiene la región, hay que reconocer que hemos retrocedido en materia del proceso de paz, pues, desafortunadamente tenemos un Gobierno Nacional que se ha dedicado a entorpecer el mismo y, como hay un fenómeno que no lo detiene nadie, hasta que no hayan propuestas diferentes a las actuales provincialistas, la situación no mejorará”.
Finalmente, se refirió a la discusión histórica sobre la legalización de las drogas ilícitas como la marihuana o cocaína, si esto se logra “resolvemos la problemática de desempleo y de violencia”. Señaló que, por ejemplo, el 30% de quienes están en las cárceles son acusados de microtráfico.