La Nación
Envuelto volador 1 14 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Envuelto volador

La cocina está de moda en diferentes manifestaciones, en la academia han surgido varias opciones de formación técnica, tecnológica y profesional, sin desconocer la existencias de especializaciones y maestrías; en el ámbito de la comunicación social la trayectoria de los programas de televisión data de varias décadas, documentales que han escalado a los medios electrónicos en formato tipo capitulo, por nacionalidades, así como, en enfoques típico, gourmet, vegetariano, vegano; y desde luego en formato de concurso. En el caso de la cocina típica colombiana, las preparaciones de mayor reconocimiento son el sancocho con el toque regional, siendo la porción cárnica la que marca la variación; el ajiaco santafereño igualmente registra aceptación tanto en el ámbito nacional como en los comensales receptivos de origen internacional; las carnes también tienen gran acogida, entre ellas, el asado huilense, la mamona, la chuleta, y por supuesto, los arroces, siendo el más emblemático la lechona, elegida por expertos como el plato típico de Colombia, concepto pendiente de validación por el colectivo nacional.

Los envueltos cuentan con larga historia que data de la antigüedad momento en que se adosaban a los lomos de las bestias de carga con el propósito de mantenerlos a buena temperatura evitando tal vez se avinagraran y contribuyendo a su maduración. Ya en la apoca de la colonia su preparación adquirió el nombre de tamal, e igualmente en cada región se les elaboró utilizando los insumos locales, siendo el tamal tolimense el de mayor reconocimiento, especialmente los elaborados en las poblaciones ribereñas del río Magdalena, lugar donde se facilitó el uso de la hoja de plátano, mientras otras regiones acudieron a la hoja de bijao, todos gozan en su ámbito del reconocimiento de los lugareños como “un bocado delicioso”, en esta tipología no se puede omitir la mención a los famosos “alcanza mochos” para el consumo en épocas de ayuno, especialmente en Semana Santa, destacando que la carne se suple por frijol.

De la misma época y como un aprovechamiento de la hacienda ganadera se logró la mezcla del maíz con la cuajada presentándose al comensal envuelto en el capacho que cubre la mazorca, también existen cientos de recetas, en algunas regiones se preparan sazonados, en otras se utilizan endulzantes, también mezclas con frutas, entre ellas la guayaba; en cuanto a su consumo también es versátil, puede ser un simple pasaboca, pero también un acompañante para carnes asadas, de cualquier manera el envuelto de mazorca encarna la identidad de la cocina típica colombiana, pues, desde siempre el colombiano ha consumido con gusto las recetas elaboradas con maíz. Chévere, que las diferentes preparaciones de envueltos se presenten como un bocado gourmet en los menús servidos por las aerolíneas que surcan los cielos colombianos.