En entrevista con LA NACIÓN, el economista y presidente del centro de estudios económicos – Anif en Colombia, José Ignacio López explicó por qué en esta coyuntura no es conveniente el Día Sin IVA, qué debe hacer el gobierno para acelerar el crecimiento económico y cuán viable es una nueva reforma tributaria.
A través de sus análisis e informes el centro de estudios económicos Anif contribuye al debate público, en medio de un país polarizado. El presidente de esa institución, José Ignacio López, dialogó con LA NACIÓN acerca de cómo va el país, temas coyunturales y venideros.
Presidente, ¿cuán conveniente considera usted que es desarrollar el Día sin IVA?
En el tema del Día Sin IVA hay visiones encontradas. Por un lado, sabemos que puede tener unos costos fiscales importantes porque en la medida en que hay Día Sin IVA hay menor recaudo. Por el otro lado, es una política de estímulo económico, aunque también con el inconveniente de que puede ser regresivo, es decir, que termine estimulando el consumo de las familias de mayores ingresos.
Nosotros en Anif hemos dicho que en esta coyuntura quizás es inconveniente el Día Sin IVA por el tema fiscal, sabemos que la fiscalidad del país está apretada; no obstante, nos gustaría, quizás que hubiera algún experimento con el Día Sin IVA para poderlo estudiar mejor porque no sabemos al final, en esas fuerzas entre estímulo económico y fiscalidad qué termina predominando. Pero en ese contexto, por ahora entendemos las razones del Gobierno por las cuales no va a sancionar la ley.
En ese sentido, ¿cuándo sí sería oportuno implementarla?
Yo creo que por ahora lo más importante es poner las finanzas públicas en orden, estamos teniendo una caída muy importante en el recaudo y en este momento es realmente inconveniente generar políticas que tengan una erosión en el recaudo sin que sean bien estudiadas. Esperamos que la situación fiscal mejore para que luego el país haga algún tipo de implementación.
La iniciativa nació cuando el consumo estaba algo ‘resentido’, pero ahora las acciones del Emisor van en caminadas a desincentivarlo para ‘frenar’ la inflación…
Sí. Ahora el foco de la reactivación debería ser más de inversión, está claro que el consumo de los hogares está plano, los hogares están golpeados por el efecto de la inflación y las tasas de interés, pero realmente el consumo en Colombia es 20% por encima del que teníamos en prepandemia, mientras que, la inversión de las empresas está 6% por debajo y ahí es donde debería ser el foco de la reactivación. Es decir, necesitamos más medidas de reactivación de inversión, que incluso medidas de reactivación de consumo.
Una política de reactivación basada en unos días de descuento, creo que no es suficientemente potente, puede ayudar en algunos casos, pero creo que lo que más necesitamos en esta coyuntura es destrabar los proyectos de inversión, más que otra cosa.
¿Esa sería una de las medidas que se requiere para acelerar el crecimiento de la economía?
Sí, porque realmente lo que estamos viendo es que en la medida en que estamos teniendo una muy importante caída en la inversión, hacia adelante vamos a tener bajo crecimiento. Hoy ya estamos viendo una caída en las tasas de interés, es probable que el consumo en la temporada de fin de año aumente. Nos preocupan más son los grandes proyectos de inversión, como transmisión eléctrica, los mismos proyectos del sector de hidrocarburos en obras civiles y ahí es donde debería estar el foco de la discusión.
A menudo la gente de a pie percibe que las cosas van mal, ¿realmente el país va mal?
No. Yo creo que tenemos indicadores mixtos, hay partes de la economía que van muy mal y hay otros sectores que van bien. Cuando uno habla de inversión, vivienda, obras civiles, industria y comercio son partes de la economía que están en terreno negativo. Cuando hablamos de servicios, entretenimiento, agricultura y administración pública tenemos algunas señales más positivas.
Entonces, el ciudadano de a pie puede tener sentimientos encontrados dependiendo de cómo esté la economía de su hogar. Además, hay unos componentes de inseguridad y orden público y demás temas no económicos que sí están afectando negativamente el sentimiento de los hogares colombianos.
De otra parte, ustedes en la Anif también han analizado el bajo recaudo, ¿qué implicaciones tendría para el Huila?
El bajo recaudo es el resultado de una composición de crecimiento que no está siendo favorable desde el punto de vista fiscal. Estamos viendo que sectores que participan de manera muy importante en el recaudo están creciendo muy mal, como el hidrocarburos, industria y comercio. Mientras que actividades como entretenimiento, administración pública y el mismo sector agrícola, que tienen baja participación en el recaudo, son los sectores que están creciendo más.
En la medida en que tengamos un recaudo tributario bajo, las cuentas del gobierno se van a desfinanciar y eso va a tener efectos sobre la capacidad que tiene el erario de tener proyectos de inversión en las regiones. Va a tener un efecto de mayores tasas de interés por cuenta de déficit fiscal persistente.
Finalmente, bajo ese contexto, ¿qué tan viable es realizar una reforma tributaria?
A nosotros nos parece que es bastante inconveniente pensar que vamos a aumentar los impuestos a la economía formal, es una idea que no es bienvenida, porque precisamente los sectores que tradicionalmente tienen alta carga tributaria son los que peor la están pasando.
Entendemos una reforma tributaria si hubiera algún tipo de paquetes de estímulo a la inversión. Nosotros hemos sugerido que se pueden contemplar algunos estímulos en la inversión en activos fijos con unas fórmulas de presión acelerada que tendría un efecto relativamente inmediato en la inversión en el año entrante y fiscalmente solo se vería en 2026.
En ese entendido, el Gobierno tendrá que seguir ajustándose en cinturón, buscar una reducción en sus gastos para acompasar esta caída en el recaudo.
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