‘No seremos estúpidos de entregar las armas para que nos maten’

Lo encuentro en el Palacio de Convenciones, a 15 minutos del centro de La Habana, Cuba. Joaquín Gómez, guajiro, con más de treinta años en la guerrilla, uno de los integrantes del secretariado de las Farc, me espera sentado, con un bolso negro, un bolígrafo y una agenda en el primer piso de un hotel.

Apunta con tinta negra y letra cursiva detalles de sus encuentros, citas, horas exactas y números de teléfono. Los años le ‘pesan’ físicamente. Sin camuflado y sin arma se ve distinto al guerrillero recio que aparecía frecuentemente en la negociación de paz en el Caguán, pero que desapareció del escenario público años después. 

No obstante, Gómez- quien me dice que alcanza los 67 años- está lúcido, firme en su posición. Durante más de dos horas habló con LA NACIÓN de la situación de sus hombres, de su vida, del Huila, del por qué se atacó al departamento.

Y desde luego, de las extorsiones a los comerciantes neivanos y la suerte que pudieron haber corrido algunos secuestrados opitas que desde hace más de ocho años ‘se los tragó la tierra’.
 
 
Don Joaquín, mucho tiempo sin saber de usted…
No me diga don, un pobre con don, no me parece. Llámeme ‘joaco’ o Joaquín, uno tiene que ser sencillo como la palabra pan.
 

¿Cómo está?

Afortunadamente estoy bien, de salud y anímicamente. No me duele ni una muela. Soy el mismo, con la diferencia de que acá en La Habana estoy sin fusil, pero disparando ideas, mirando a ver cómo se soluciona este conflicto que ha sido tan costoso para el país, sobre todo para las clases menos favorecidas, las que ponen los muertos.
 

¿Hace cuánto salió de la selva?

El 28 de diciembre, llevo cinco meses. Desde que llegué a la ciudad me está siendo falta el monte. Estoy acostumbrado a mi medio, a mis muchachos, al ambiente. A mí nada de las ciudades me impresiona. Inclusive, voy a contarle una cuestión: en Bogotá, cuando el gobierno de Belisario Betancourt, me quedé en Teusaquillo en un hotel muy bueno. Me quedé ahí y esa noche no pude dormir. Era un colchón demasiado grande, demasiado alto y excesivamente blando. Y cuando regresé al campamento dormí en una cama hecha de chontas, con helechos por encima y eso duerme uno como oso blanco en invierno, ¡feliz!.
 

¿Y en La Habana ha dormido bien?

No, tuve un problema con el tiempo, no podía dormir, me acostaba a las 7:30 o 8:00 p.m. después de los titulares de prensa, y siempre, en el monte me despertaba a las 2:00 a.m. y me ponía a estudiar. Y acá uno se acuesta a las 10:00, 12:00 de la noche y a las 2:00 de la mañana me despierto. Ya me estoy adaptando, al principio fue difícil.
 

Le mataron 26 guerrilleros recientemente, ¿qué sentimiento le produce?

El mismo sentimiento que me embarga cuando mueren los soldados, este es un conflicto donde los muertos los está poniendo el pueblo. Y tanto el soldado como el guerrillero son de familias humildes, por eso, se siente tanto la muerte y es necesario que pongamos fin a esto. El problema es que hay sectores que se han beneficiado del conflicto y por eso le tienen pánico a la paz.
 

¿Esto afectó la mesa de negociación…?

Dejamos claro que las conversaciones continúan, pero a un precio supremamente costoso. Hay gente que respira pólvora, sería bueno que los periodistas hicieran una encuesta con esa gente enemiga de la paz a ver dónde tienen sus hijos. Seguramente la conclusión es la que todos sabemos: que están en las mejores universidades del país y el exterior. Por esto, es tan fácil pedir guerra cuando los muertos no son de uno.
 


Momentos de la entrevista del periodista Francisco Argüello con Joaquín Gómez, miembro de las Farc quien se encuentra en La Habana, Cuba.
 

Usted habla de un precio supremamente costoso, ¿a qué se refiere?

Si no hay cese bilateral al fuego los choques armados continuarán. Y es lógico, una vez morirán soldados. Otra, guerrilleros.
 

Se afectó la mesa de diálogo- como usted dice- por la muerte de los guerrilleros, creo que también se ‘lesionó cuando ustedes mataron a los militares en Cauca…

Sí, se afecta en que la misma opinión pública va perdiendo credibilidad, confianza en el proceso. Y Santos no ha querido entender esto, quieren imponer una lógica militar pensando que si se golpea a las estructuras guerrilleras debilitarán nuestros propósitos y convicciones. Y es equivocado.
 

A propósito de los once soldados muertos en Cauca, ¿qué pasó, según ustedes?

Nosotros hicimos la denuncia insistentemente a través de cinco comunicados, donde planteábamos que los nuestros acogieron religiosamente la orden que dimos de cesar el fuego unilateral, pero dentro de las Fuerzas Armadas aprovecharon ese gesto humanitario nuestro para desatar acciones militares, ofensivas, asaltar campamentos, comisiones…nosotros hicimos muchas denuncias y no se le prestó atención. Y sucedió lo que todos saben. Esta unidad militar sí tenía varios días de estar por ahí. Que uno se defienda no tiene que verse como una cuestión ofensiva, sino defensiva. Uno tiene que evitar es que lo maten.
 

Pero ustedes violaron el cese unilateral que habían propuesto…

Depende de cómo se vea. Para muchos nosotros fuimos los que violamos el cese unilateral que habíamos ordenado, pero si profundiza más se da cuenta que no, en todo el país se han desatado ofensivas militares contra nuestras unidades.
 

Concretamente, ¿cómo avanzan las negociaciones en Cuba?

Avanzan con las dificultades propias de un proceso tan complejo como éste de más de 50 años. Lo que se está discutiendo en la mesa es por lo mismo que llevamos más de medio siglo matándonos.
 

¿Es optimista?

Sí, pero un optimismo que se ha ido disminuyendo. El optimismo hay que estarlo alimentando, pero hasta ahora no hemos encontrado reciprocidad por parte del Gobierno. Tenemos más de quince gestos unilaterales de paz, y de parte del Gobierno, ninguno.
 

Como están las cosas, ¿alcanza Santos a firmar la paz antes de irse del Gobierno?

(se ríe) esa pregunta si está bien compleja. La paz no es el silencio de los fusiles, la paz es que haya cambios. Y hasta el momento lo que hemos observado es que el gobierno de Santos no por lo que ha dicho, sino por lo que está haciendo está en contravía de lo mismo que se está acordando en la agenda. Ejemplo: el Plan de Desarrollo de Santos no es otra cosa que la entrega de las tierras a las transnacionales y eso está en contravía de lo que se acordó.
 

Yo veo complicado el panorama, tenso en cada lado, ustedes piden unas cosas que a él le queda difícil cumplir…

El tema es bastante complejo. Lo que pasa es que históricamente la clase política dominante en Colombia está acostumbrada a una paz barata. Con los otros movimientos lo que han hecho es meterlos a un costal como si fueran unos micos. No ha habido cambio. Nada. Todo sigue igual. Ellos solo hacen énfasis en la entrega de armas, y, ¿los cambios? ¿las garantías?…
 

¿Usted no teme que se le acabe el cuarto de hora de Santos y llegue otro presidente que acabe con lo que hay?

Eso lo sabemos porque esto no es una política de Estado, sino de un mandatario. Y por experiencia sé que llega un nuevo mandatario y coge una escoba de barrer patio y barre todo lo que hizo el otro. Lo único que puede darle solidez a esto es una Asamblea Nacional Constituyente que refrende todos los acuerdos y que haya una nueva Constitución acorde con los intereses de los distintos sectores sociales.
 

Pero Santos ya dijo que no le jala a eso

Santos puede decir misa sin quien se la escuche. Otra cosa es que el pueblo le exija. El deseo de nosotros es que Santos fuera el firmante de la paz, pero eso no depende de la voluntad de nosotros, depende de hechos concretos que se den y que impliquen cambios. De resto, no. Y si llega Germán Vargas Lleras u otros pues continuará el conflicto y si uno va quedando en el camino habrá otra gente con sentido de dignidad que se va sumando, y la guerra continúa.
 

Lo veo resignado. O la paz o retornan a las selvas y sigue el conflicto…

No, es que estamos en conflicto. No se ha terminado. Le quiero decir algo, las armas uno no las coge por capricho,  la vía que se escoge es la que le impone la clase dominante.
 

El talón de aquiles de la negociación: las armas. ¿Las entregarán?

Es que las armas para las Farc no son un fetiche, son simplemente un medio, si se da la garantía política, si se dan los cambios, ¿para qué sirven las armas?
 

¿O sea que sí las entregarían?

Sí, siempre y cuando se superen los escollos que hay, entre ellos, el paramilitarismo. Están aumentando en el país porque esos que le llaman bacrim son los mismos paramilitares de antes, pero con distinta denominación. Su modalidad es igual a la de los paramilitares.
 

¿Es decir, entregan las armas si se acaba el paramilitarismo?

Es que esa es una de las condiciones de la negociación porque uno no puede ser tan estúpido de entregar las armas para que lo maten en la calle después desarmado.
 

Pero Santos no va a poder acabar con el paramilitarismo en lo que le resta del mandato…

Es que eso no es problema mío, ni de nosotros. Es de él y de su clase dominante. ¿O usted quiere ayudarle  a Santos?
 

No lo defiendo, pero es lógico, él podrá proponer atacarlos gradualmente, pero no de tajo.

Tienen que terminar con el paramilitarismo, toda esa cantidad de muertos y no hay un solo detenido. Eso nos demuestra que ese es el futuro que nos están reservando a nosotros.
 

Pero los colombianos creen que se deben entregar las armas como parte de confianza.

Es que los colombianos no pueden decir que hay que entregar las armas porque precisamente por el bienestar de los colombianos fue que nos levantamos las armas.
 

Ahí se enreda el tema…

Posiblemente sí Francisco.
 

Conclusión: falta mucho por negociar

Faltan unos puntos bastante espinosos. Solo con voluntad política se solucionan las cosas. Hay mucha retórica por parte del Gobierno, pero de hechos, nada.
 

Si se firma el proceso, ¿usted qué hará?

No he pensado. Me quedaría en Colombia porque para dónde me voy a ir. Antes de ponerme a andar por las calles debo mirar qué garantías hay…si me van a matar qué voy a andar por las vías. Póngase en el lugar nuestro.
 

¿A usted le gusta la política?

El ser humano, después que tener cierto nivel cultural y de conciencia, le gusta la política porque es el manejo de la cosa pública. Ser senador no es un privilegio, salvo algunos casos, pero el Congreso está contaminado de chanchullos, paramilitares, de todo, es un antro.
 

¿Cómo están hoy las Farc?

Están bien, el problema no es cantidad, sino calidad y la moral que se tenga. Usted puede tener 500 hombres sin moral y 50 con moral y los más pocos se sobreponen a los de la mayoría.
 

Es decir, usted reconoce una reducción de hombres…

Hemos recibido golpes y duros. Y también los hemos dado, ese es el problema del conflicto, como dice el italiano ‘dando y recibiendo’. No se puede pensar que se va a una guerra y  se aniquila sin que lo aniquile. O al contrario, sería estúpido.
 

¿Están todos los guerrilleros alineados o divididos?

Si hay algo que las Farc tienen es la cohesión interna entre sus hombres. Al interior nuestro no hay ningún tipo de fisura, sino que los medios, uno por ignorancia, otros por ingenuidad y otros malintencionadamente propagan la inteligencia militar. Al principio decían que yo era enemigo del proceso, que yo no quería venir. En las Farc no cabe alguien que no esté de acuerdo con las directrices superiores.
 

¿Ni siquiera ‘El Paisa’, dicen que él es una rueda suelta en las Farc?

Si hay alguien subordinado es ‘El Paisa’. Aquí no hay ni ha habido disidencia. No hay fisuras, es una cuestión monolítica como un solo hombre.
 

Hablemos del Huila, ¿por qué las Farc lo golpeó tan fuerte? Secuestraron, masacraron, hasta hicieron aterrizar improvisadamente a un avión…

Ese es el problema del conflicto. El Huila tiene una gente muy prestante, pero dentro del conflicto suceden muchos casos de esos y solo se pueden explicar dentro del mismo contexto en que suceden y dentro del mismo conflicto.  Inclusive, usted puede ser muy pacífico, pero de manera colateral puede ser injustamente víctima de un hecho. Eso pasó allí.
 

Algo que nos dolió: la masacre de los concejales de Rivera…

Fue un hecho lamentable que nosotros también lo lamentamos. Por ejemplo: hay que coger a ‘x’ o ‘y’ persona para ejercer cierta presión y de pronto se presenta una situación allá que se le sale a uno de las manos, que alguien dispara, otro también lo hace y se forma un 9 de abril pequeño. Y después vienen los lamentos, tragedias innecesarias que pudieron haberse evitado.
 

Y hay un concejal implicado…

No estoy al tanto, sé lo que  hubo, pero del implicado no sé.
 

Por qué mientras negocian, siguen extorsionando. En el Huila tienen azotados a los empresarios…

Precisamente estamos tomando medidas, pero hay que tener en cuenta que en Colombia hay mucha delincuencia común que se toma el nombre de las Farc para extorsionar. No estoy diciendo que los nuestros no lo hagan, sino que se hacen pasar por nosotros y matan dos pájaros con un solo disparo, se hacen una platica y nos desprestigian. También hay muchos desertores.
 

Cuando usted dice que está tomando medidas, ¿a qué se refiere?

Pero con nuestros hombres. Nosotros, lógico, necesitamos que se nos contribuya, pero nosotros para eso primero tenemos la justificación política, es decir, explicando el por qué. Y lo otro, que sea una cuestión voluntaria, no imponemos. No es que usted debe darme tanto y ya. No, cada uno da de acuerdo a sus posibilidades y de manera espontánea, sin necesidad de ninguna presión.


Joaquín Gómez toma apuntes juicioso de todo cuanto necesita recordar y decir.

¿Y sino dan?

El que no quiso dar, no dio.
 

¿Y no le pasa nada? ¿seguro?

Hay que tener en cuenta una cosa: hay muchos empresarios que no nos dan a nosotros, pero sí están financiando la guerra. Entonces, ¿cómo hacemos ahí?.  Si financian allá pues que financien acá. Allá para que siga el conflicto y acá para que se termine.
 

Conozco empresarios del centro de Neiva con negocios muy pequeños y cerrarán sus puertas. Las Farc los desesperó pidiéndoles vacuna. ¿Qué decirles?

¿Pero es gente nuestra la que está pidiendo?
 

Claro, no solo se identifican como Farc sino que los citan en Algeciras, Las Morras, Caquetá, territorio ‘fariano’.

Esos que dicen que es territorio nuestro, aparentemente sí, pero uno no tiene ningún control. Unos impostores pueden citar a San Vicente haciéndose pasar como Farc EP y pueda que no sean nuestros…
 

Se lo cuento porque me preocupa. Les piden un dinero que ni producen, es absurdo.

Sí yo sé, me han contado la situación de Neiva, por eso le digo que nosotros estamos tomando medidas con la gente nuestra para que ese tipo de modalidad se termine porque nosotros no podemos responder cuando lo están haciendo personas ajenas a nuestro movimiento.
 

Ustedes ya no secuestran (o no es tan público), y si no vuelven a extorsionar, ¿de qué subsisten? Tener hombres en la selva vale.

Sí, eso vale, pero también hay mucha contribución de la gente. Lo que pasa es que hay dos colombias: la de las grandes ciudades y la zona rural. Lo más difícil es el sostenimiento, pero hay plátano, yuca, y nosotros cuando hay tiempo y espacio sembramos. Tenemos una base alimenticia.
 

Alicia Andrade es amiga, es de Neiva y le manda a preguntar por José Arbelay Losada. Lo secuestraron hace más de siete años entre Caquetá y Meta. ¿Qué pasó con él?… con Losada iban los hermanos Cordón Herrera…

Mire, nunca he escuchado el nombre de ellos, es difícil especificarle qué pasó con ellos.
 

Pero fue hace màs de ocho años…no creo que ustedes tengan secuestrados de ocho años. Y lo raro, por ellos no pidieron plata.

Tienen que estar muertos…quién va a tener esa gente ocho años y dónde van a estar. ¡A esa gente los han matado!. Nosotros ya dijimos que no tenemos secuestrados y pedimos una comisión para que visiten nuestros frentes.
 

Cambiemos de tema, ¿pagarán cárcel?

No, y hemos sido muy explícitos en eso. ¿Quién va a salir del monte después de un proceso de paz a pagar cárcel? Eso es inaudito. Además, nosotros hicimos uso del derecho universal a la rebelión, de levantarse en armas cuando los mandatarios y la clase dominante no  dejan muchos espacios.
 

Treinta años en las Farc, ¿no cree que es hora de estar en su casa, en La Guajira?

Esa es una cuestión mezquina estar en la casa con la familia cuando medio mundo se está muriendo de hambre, cuando los niños desnutridos se mueren como mosquitos. Eso es ser egoísta cuando se piensa solo en su yo. No tengo esa óptica.
 

Pero usted es ser humano, siente, tiene familia que debe quererlo, que sufre…

Eso es muy distinto, yo también quisiera andar con mi familia pero son simplemente deseos porque uno tiene que ser muy objetivo en la vida. Y conseguir una cosa implica perder otra. Si uno escoge esta lucha pues sabe que es asumir un precio costoso y hay que pagarlo.
 

Por último, ¿Cómo está vivo después de treinta años de guerra?

Con disciplina, con unas normas de comportamiento a las que me rijo. Si las violo fracaso. Eso lo tengo claro.

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