‘Esta sociedad está muy enferma’


Fabio Duque Jaramillo, Obispo de la Diócesis de Garzón, se destapó con LA NACIÓN aprovechando el inicio de Semana Santa, hoy Domingo de Ramos.

Les envió un mensaje claro a sus sacerdotes en el Huila, a sus fieles, dijo que ya no hay temor de Dios, se refirió a los sacrilegios en templos religiosos del Huila, habló de la posibilidad de excomunión y hasta opinó sobre el escándalo del sacerdote de Guadalupe Melquisedec Josa Guaca, enfrentado con una fiel en su templo religioso.

Duque Jaramillo cree que los sacerdotes católicos podrían casarse, pero solo cuando la Iglesia se estructure porque hoy -como trabajan- no tienen tiempo ni para sus fieles, menos para esposas e hijos.

Monseñor, ¿cuál es el mensaje en Semana Santa?
El mensaje central es el del Evangelio: Dios que se hace carne en cada hombre para que cada hombre pueda encontrar el sentido de su vida, de su sufrimiento, pueda abandonar el mal y hacer el bien. Es el sentido de la experiencia cristiana. En Semana Santa celebramos porque Jesús se hace hombre en las entrañas de María, muere en la cruz, resucita, sube al cielo y envía el Espíritu Santo; esa es la síntesis del misterio de Jesús.

¿Cuál es la principal preocupación de la Iglesia Católica y en la que más harán énfasis sus sacerdotes en Semana Santa?
Las necesidades son múltiples. Podemos hablar de la paz, de la injusticia social, desempleo, problema minero, el aborto, miles y miles de problemas, pero en el fondo, ¿dónde está el problema principal? Está en cada hombre y en la manera como cada uno vive su vida. Hemos pensado que la solución de los problemas está solamente en enfrentar cada problema sin cambiar el corazón del hombre. Y ahí es cuando nos enfrentamos a nuevos problemas que traen otros problemas.

En Nátaga unas imágenes religiosas fueron destruidas y en otras iglesias del Huila se registraron actos vandálicos. ¿Qué ocurre?
Es una cuestión muy grave y nos está demostrando hasta dónde somos capaces de llegar. Cuando no se respetan los derechos de Dios, ya estamos muy lejos de respetar los del hombre. Si no se respeta lo que tiene que ver con la fe, con la experiencia religiosa (aunque sea distinta a la nuestra porque los vándalos, espero, no hayan sido católicos), para mí es el reflejo de cosas muy graves. Cuando hay una sociedad que no respeta los derechos religiosos, hace tiempo dejó de respetar los humanos.

¿Ya no hay temor de Dios?
Tendríamos que hilar bien delgadito: si entendemos por temor de Dios el miedo a Dios, eso nunca lo deberíamos sentir. A Dios no se le tiene miedo, pero si nosotros entendemos por temor a Dios el no querer perderlo del corazón, entonces eso sí es. Eso es lo que falta. Muy pocos son conscientes que Dios habita en el corazón del hombre y ya no tienen miedo a perderlo porque ya no lo tienen. El que no tiene a Dios es el que hace el mal, el que lo tiene hace el bien y evita el mal porque el mal es más fuerte que nosotros. Y sin Dios no lo podemos vencer.

¿No ha contemplado la Iglesia la excomunión para los que profanan iglesias o este método del catolicismo pasó de moda?
Si yo supiera quiénes son los excomulgados, si yo supiera que fueran católicos porque la excomunión tienen que ver solo con los que pertenecen a la Iglesia Católica. No tengo ninguna jurisdicción con quienes están fuera de la Iglesia. No puedo excomulgar a los que no son mis fieles. Solo puedo hacerlo con aquellos que se confiesan católicos. Yo espero que quienes han violentado las imágenes no sean católicos, a lo mejor nunca lo han sido, a lo mejor recibieron el bautismo, pero se han ido de la Iglesia. Entonces, la excomunión no es una pena, sino un buscar que la persona recapacite y se convierta, pero eso usted lo entiende si tiene principios católicos. De lo contrario, se va a burlar y reír de la excomunión que yo les dé. Es inútil vociferar a los cuatro vientos hablando de excomunión cuando no sabemos ni los sujetos a quien iría dirigida la excomunión. Lo que si llamo la atención es a quienes les corresponde velar por la libertad religiosa a descubrir que esta sociedad está muy enferma.

¿Ya no habría temor de Dios en el caso de la mujer que forcejeó con un sacerdote en Guadalupe, en el púlpito, dentro de la parroquia?
Ese es un hecho muy complejo que no podemos afrontarlo de un plumazo en una entrevista porque para mí lo más interesante no es el problema que se dio inicialmente, sino la conclusión. Más que señalar al pecador, para mí es más interesante mirar la reconciliación. Siempre buscamos un culpable y cada uno se echa la culpa y nos cuesta aceptar nuestras propias culpas. Solamente cuando nos sentamos a hablar, a dialogar, hay esperanzas.

¿Es normal que un sacerdote, en un acto de rabia, golpee a una fiel como sucedió en Guadalupe?
Nadie debe golpear a nadie, usted me quiere volver a llevar atrás. Esos son hechos que tristemente sucedieron, yo creo que es necesario que miremos adelante. Como nos cuesta a nosotros aceptar el hoy, nos queremos quedar en el pasado y ya no podemos regresar al pasado a querer hacer bien lo que hicimos mal. Yo me quiero quedar con el sabor gozoso de la reconciliación, no quiero volver a los episodios. Es cierto, es reprobable que los dos (sacerdote-abogada) se hayan dado. Los dos se pegaron y se volvió ahí un problema entre mucha más gente. Todo eso es reprobable, pero no miremos más lo que ya quedó atrás y quedémonos con la reconciliación que es lo que nos puede construir. El problema es que hace más noticia el mal que el bien; hace más noticia la pelea que la reconciliación.

A raíz de lo ocurrido en Guadalupe, ¿envió un mensaje a sus sacerdotes?
Yo me reúno frecuentemente con mis sacerdotes y vivo en constante diálogo con ellos, pero yo siempre lo dejo más al nivel del diálogo personal con cada uno, más que mensajes escritos. Yo quiero llevar una relación más directa con mis sacerdotes, yo hablo con ellos, yo trato de ser muy cercano y llamarles la atención cuando es necesario y afrontar las situaciones. No quiero hacer comunicados públicos que den más resonancia a determinados acontecimientos.

En el escándalo en Guadalupe, ¿pasó la página o abrió proceso disciplinario interno contra el sacerdote?
Ningún proceso. Si ustedes leen el Derecho Canónico dice que una vez pasada la reconciliación cesa absolutamente todo. En los tribunales civiles se han retirado todas las demandas.

Cambiemos de tema, ¿usted es un Obispo de mente abierta. El Papa tiene twitter, le gusta el fútbol…?
Yo no le sabría responder su pregunta… yo no sé si soy abierto o cerrado, yo no me escandalizo por nada. Nada me escandaliza, pero tampoco estoy diciendo que todo está permitido. No sé cómo me pueden enfocar, no me siento conservador, pero tampoco el hombre que deja del lado absolutamente todo. No sabría cómo catalogarme, prefiero que esa pregunta se la hiciera a los demás. Trato de ser fiel al Evangelio, no a los conservadores, ni a los liberales, sí a Jesucristo, es lo que me interesa.

Le daré unos temas y me dice lo que piensa: Aborto.
Es un crimen.

Adulterio.
Si son católicos tiene que buscar el sacramento del matrimonio; sino, tienen la libertad de vivir como quieran.

¿No cree que la Iglesia Católica debería acabar el celibato de sacerdotes y permitirles tener pareja?
Creo que cuando cambie la estructura de la Iglesia eso se puede justificar por una razón muy simple: en el momento un sacerdote que tiene que atender diez mil personas no tiene tiempo para atender diez mil personas, hijos y mujeres. El problema no es si pueden o no casarse. La Iglesia a nadie le impone el celibato, simplemente escoge sus presbíteros de aquellos que dicen que han recibido de Dios el celibato, es muy distinto. No estoy en contra de que se puedan casar, pero primero debe cambiar la estructura de la Iglesia porque qué saco yo con que se les permita el matrimonio sino van a poder atender ni a su gente ni a su hogar. Un problema grave que veo es que tristemente muchos de los sacerdotes que han dejado el ministerio por irse a casar hoy están separados, viviendo un desastre su vida porque el problema no es simplemente el celibato, va mucho más a fondo.

Pederastia.
Abominable.

Política.
Usted me está pidiendo que hable de la política o de la politiquería, porque si me está pidiendo que hable del manejo de la cosa pública, es una cosa necesaria, si me pide un concepto de cómo se maneja la cosa pública es distinto.

¿Hay mucha politiquería en el Huila?
No solo en el Huila, en Colombia y en todo el mundo. Ese es uno de los problemas más grandes que tiene el país: la falta de ética en la política.

“No estoy en contra de que se puedan casar sacerdotes, pero primero debe cambiar la estructura de la Iglesia porque qué saco yo con que se les permita el matrimonio sino van a poder atender ni a su gente ni a su hogar”

“Yo no me escandalizo por nada. Nada me escandaliza, pero tampoco estoy diciendo que todo está permitido”.

“Trato de ser fiel al Evangelio, no a los conservadores, ni a los liberales, sí a Jesucristo, es lo que me interesa”

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