Rodrigo Villalba Mosquera
Por iniciativa del empresario Jesús Oviedo Pérez, la dirigencia del Huila se reunió en Bogotá para analizar las salidas a la crisis que tiene paralizadas las obras del estadio Plazas Alcid y al Atlético Huila ad portas de ser vendido y seguramente reasentado en otra región del país.
El Gobernador del Huila, el Alcalde de Neiva, el Presidente de la Dimayor, Directivos del Atlético Huila, empresarios, líderes gremiales y congresistas de la región, coincidimos en la importancia que hoy tiene el equipo para los huilenses, por ser el ícono, la bandera, el embajador que nos representa ante el país, el conjunto que mueve a toda una hinchada, un activo de todos los huilenses que no podemos perder.
La principal motivación llega ante el emplazamiento de la Dimayor, en el sentido que el equipo debe contar al inicio del torneo del próximo año (febrero de 2018) con un escenario deportivo iluminado que le permita jugar en horario nocturno, lo cual no es posible porque no tenemos un lugar apropiado, pues el único que había -como es bien conocido por todos- colapsó en parte durante el proceso de remodelación, y hoy esta embotellado en un remolino de investigaciones y de miedos que nos impiden tomar decisiones.
La primer conclusión fue urgir al Ministerio del Interior para la designación de un alcalde ad hoc que se encargue de tomar las decisiones administrativas y en derecho frente al contrato de remodelación suspendido. La tarea la hicimos y está en curso la designación del viceministro Héctor Olimpo Espinosa para asumir la difícil responsabilidad.
Como vemos la reunión fue muy positiva, pero no se puede quedar en llamados angustiosos. Hay que tomar decisiones, eso sí respetando la normatividad, que nos permita tener un escenario deportivo para que no haya ninguna razón, por parte de la autoridad futbolística en suspender la plaza, y ahí sí, con argumentos, los propietarios del Atlético Huila hagan transacciones con inversionistas de otros lares, donde legítimamente busquen otra región y nos dejen “viendo un chispero”, privados de seguir disfrutando de un espectáculo que mueve masas y corazones como lo es el fútbol.
Sabemos que los municipios de Pitalito y Garzón tienen dentro de sus proyectos la construcción de escenarios alternos, algo que es positivo. En Garzón el proceso está avanzado. En este caso logré poner mi grano de arena, coadyuvando en la gestión de un convenio entre la nación y la Capital Diocesana por 8 mil millones de pesos. Pitalito y Rivera están haciendo lo propio. Pero la prioridad es el Plazas Alcid. Tenemos que buscar las salidas jurídicas y los recursos para adecuarlo.
Sabemos del compromiso del Alcalde, del Gobernador, del Presidente de la Dimayor, del Presidente del Atlético Huila y de sus patrocinadores. Y ahí está el compromiso nuestro.