‘¡Estamos llevaos!’

Un panorama muy complejo, de retroceso en zonas cultivadas, baja producción, y problemas de competencia con mercados y precios externos, enfrenta el campo en el Huila. Un panorama muy complejo, de retroceso en zonas cultivadas, baja producción, y problemas de competencia con mercados y precios externos, enfrenta el campo en el Huila. Rafael Trujillo LA NACIÓN, NEIVA Suena como un asunto que carece de toda lógica: el Huila, departamento de histórica vocación agrícola, con cultivos de importancia nacional, como el café, el cacao, el arroz y el tabaco, entre otros, enfrenta una encrucijada sin precedentes. Las cifras hablan por sí solas. “Uno a la carga de café le invierte como 600 mil pesos y la vende aquí en 470 mil”, afirma Hernán Pareja, un campesino que llegó con su cosecha de Vegalarga a Neiva. El caso del café es especialmente insólito. En el primer semestre de 2010, se pagaban al productor ocho millones 138 mil 085 pesos por tonelada; un año después, ese valor descendió dramáticamente a cinco millones 854 mil 857 pesos por los mismos mil kilos. La situación del café es apenas una parte del drama que enfrentan labriegos como él, que dependen económicamente -en la mayoría de los 37 municipios del Huila- de este grano. Hernán relata que lo mismo le pasa con la panela. “Llego con una carga y uno se está aquí dos días ‘empantanao’ con ella”, explica. Producir una carga de panela le cuesta 500 mil pesos, y solo la podrá vender por 400 mil. A diferencia del café, que al menos asegura la venta, con la panela el asunto es verdaderamente a otro precio. Hay una marcada competencia con panela que se produce industrialmente, y que ha inundado todos los expendios, desde las tiendas de barrio hasta los supermercados. De manera insólita, la competencia no está en el precio: una libra de panela campesina se vende a 1.200 pesos en los mercados campesinos; en un supermercado, la misma libra de origen industrial (producida en Bogotá, por ejemplo), cuesta 1.950 pesos. Sin embargo, si va al supermercado, usted nunca encontrará la panela campesina, solo la industrial, por libras o kilos, o pulverizada, y hasta en pastillas, como el chocolate. El panorama se repite, casi calcado, en otros productos agrícolas de mayor importancia para el Huila. Uno de los casos más críticos lo experimenta el cacao, del que el Huila es segundo productor nacional. A su cultivo se dedican 3.500 familias en el departamento (el 10 por ciento de las familias productoras en Colombia). Y al igual que el café, el cacao abarca a casi toda la geografía huilense. Solo Isnos y San Agustín se exceptúan. Un cultivador necesita invertir 4.500 pesos para producir un kilo de cacao seco, pero la industria se lo paga a 3.200, según confirma Edilberto Farfán García, cacaocultor en Rivera y miembro del Comité Departamental Pro Defensa de la Cacaocultura en el Huila. La semana que termina, los precios que se pagaron estuvieron entre 3.450 pesos (en Luker) y 3.600 pesos (en Nacional de Chocolates) por kilo en Neiva. El promedio final: 3.200 pesos. “¿Y qué me dice de los costos del abono, y del transporte, y de las carreteras que están pésimas?”, alega Hernán Pareja, el campesino con quien iniciamos esta mirada al agro. ¿Qué ocurre? Esta coyuntura económica tiene múltiples causas, que van desde la caída en precios internacionales, pasando por los costos de producción (dentro de los que se incluyen variables como los incrementos por vías intransitables o en mal estado), el contrabando, la importación, y hasta fenómenos que décadas atrás habrían resultado impensados. “La agricultura es particularmente vulnerable a riesgos naturales no solo de tipo biológico y fitosanitario, sino a los derivados del clima, como las inundaciones y sequías”, recuerda el ex ministro Roberto Junguito. En el Huila, esas afectaciones tienen un alcance que apenas hasta ahora comienza a medirse. Solo en el año 2011, durante una de las más intensas temporadas de lluvia que haya azotado al país, el Huila perdió el equivalente a 194.194 hectáreas por inundaciones o derrumbes, según reportó la Encuesta Nacional Agropecuaria sobre Uso del Suelo y Agrícola del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane. Los impactos de todas estas variables, sumadas, son en extremo graves. Cae la producción, los campesinos reciben menos ingresos, se disminuye la capacidad de generar empleo en las zonas rurales y, como parte de los sucesos paralelos a esta serie de eventos, no avanzan suficientemente o no se aplican investigaciones, que brindarían nuevas oportunidades de mejora a la producción y a los procesos de cosecha. “En el caso del cacao, y bajo el estímulo de una alianza con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo, Usaid, se plantó un clon de más rápido crecimiento, que finalmente no arrojó los resultados esperados e incrementó los costos”, señaló Libardo Gómez Sánchez, directivo del Movimiento de Salvación Agropecuaria. Sus críticas también se dirigen a la Federación Nacional de Cafeteros, al advertir que variedades nuevas de café no han respondido de manera eficiente en las zonas cultivadas de la cordillera Oriental, y los arbustos, alega Gómez, “no se agarran bien al suelo, por lo que no soportan eventuales volcamientos”. Para analistas como Gómez, la situación más grave para renglones que se exportan, como el café, lo constituye la tasa de cambio. Con la apreciación del peso frente al dólar, el ingreso de los caficultores ha caído hasta en 35 por ciento en los últimos años. En la actualidad, la carga se paga por debajo de 500 mil pesos. El precio internacional por libra cerró el pasado viernes en 1.41 dólares. El arroz Casi simultáneamente con el anuncio de la realización del paro de los cafeteros, productores de arroz del Huila anticiparon la realización de una protesta, que terminó en la posibilidad de diálogos con el gobierno departamental, y en la creación de un incentivo regional. Para los productores locales, es fundamental el “cierre de importaciones, que golpean al productor por el desplome de los precios, sin que esto beneficie al consumidor, y el control efectivo al contrabando, pues entran cerca de 400.000 toneladas en el año que igual afectan a los productores del país”, explicó Luis Arturo Rojas, cultivador del cereal. El del contrabando es uno de los asuntos más complejos, y sobre cuyo control está la Policía de Tránsito y Transporte. De acuerdo con el capitán Carlos Augusto González Ruiz, al frente de esa dirección en el Huila, el contrabando de arroz procedente de Ecuador utiliza al departamento como corredor de ingreso. Aunque antes empleaban la vía nacional central, ahora los contrabandistas también utilizan la vía Popayán-Isnos-Pitalito, movilizándose en las madrugadas y noches mediante el corredor El Agrado-El Pital-La Plata para poder llegar a su destino, la ciudad de Neiva, y continuar hacia el norte del país. Y las apuestas… Contradictoriamente, los problemas que hoy agobian al agro afectan a algunos de los sectores que mayor importancia estratégica tienen para el departamento. La Agenda Interna del Huila para la Productividad y la Competitividad, en su Apuesta Agroindustrial, señala que “se pretende consolidar al departamento del Huila como el primer productor agroindustrial de base tecnológica fundamentado en la implantación del sistema de cadenas productivas en los renglones de cafés especiales, frutales de exportación especialmente los de clima frío moderado y templado (granadilla, lulo, maracuyá, cholupa, mora, tomate de árbol y uva), cacao y tabaco”. El mismo documento, ya en 2007, agregó: “En este escenario se hace indispensable, además de la especialización, planificar y desarrollar una agenda para que en cada cadena esté presente la investigación permanente y la inclusión de procesos y procedimientos tecnológicos tendientes a mejorar los resultados y gobernar con responsabilidad los impactos previsibles. Esto es, el Huila desarrollará la agroindustria de base tecnológica en armonía con los recursos naturales y el medio ambiente”. Las mejores intenciones y procesos de mejoramiento en varios frentes productivos están en marcha, pero hay que decirlo: son insuficientes. La crisis del agro en el Huila está por tocar fondo. No puede sorprender, entonces, que los agricultores decidan lanzarse a una protesta, como lo han anunciado los cafeteros y otros sectores productivos. Lo que sorprende es que no hayan hecho escuchar antes su voz. “Los precios no dan ni para la recolecta. Y ahora vienen y dicen que el paro es de la guerrilla. Estamos llevaos”, concluye Hernán Pareja. Caída en producción Cultivos de importancia perdieron espacio en la producción Cultivo           Año 2011      Año 2012 Algodón        6.157,77        2.244,51 Caña panela            22.442,13      21.540,13 Granadilla     10.848,70      10.274,30 Maracuyá      12.355,25      12.039,15 Las cantidades son en toneladas, y corresponden al comportamiento del primer semestre de los años referenciados. Fuentes: Secretaría de Agricultura y Minería, Observatorio de Territorios Rurales, Evaluaciones Agropecuarias, CPGA-Enlaces Municipales. Precio pagado al productor Cultivo           Año 2010      Año 2011      Variación % Cacao            $5.000.000    $3.646.000    -27.1 Café   $8.138.085    $5.854.857    -26.5 Lulo    $2.750.000    $1.383.000    -49.7 Las cifras corresponden al comportamiento del primer semestre de los años referenciados. La información incluye cultivos básicos permanentes, semipermanentes y anuales. Fuentes: Secretaría de Agricultura y Minería, Observatorio de Territorios Rurales. Evaluaciones Agropecuarias Municipales.