Ante la probabilidad de la llegada del fenómeno de La Niña para el trimestre agosto-octubre de este año en el territorio colombiano, el Gobierno Nacional lanzó la estrategia nacional y el plan de preparación para la respuesta ante los posibles eventos asociados a este fenómeno que puedan presentarse en las regiones, de acuerdo con las proyecciones de lluvias en el país.
El Gobierno, a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, ha asegurado que, según los históricos nacionales de La Niña, el país debe prepararse para 2.624 posibles eventos, es decir, en promedio 15 eventos diarios, la mayoría asociados a inundaciones, movimientos en masa y vendavales.
Se proyectan “afectaciones en 550.000 familias, 16.000 viviendas destruidas, 224.000 viviendas averiadas, 2.201.423 hectáreas de cultivos comprometidas y 6.184.771 animales afectados”.
También se han anunciado acciones en material vial y agrícola. Por su parte, el Ideam tiene claro que “Las regiones donde esperamos que fuera mayor el impacto de este fenómeno son la región Pacífica, Caribe y Andina. La región Orinoquía y la región Amazonía históricamente —muestran nuestros análisis estadísticos y los datos que tenemos de monitoreo— es que estas dos regiones no se ven afectadas por el fenómeno”.
El Gobierno Nacional parece ya estar preparado frente al impacto que tendría La Niña. Pero, vale la pena preguntar si los alcaldes municipales, que son los primeros respondientes ante un desastre natural, están en alistamiento y cuentan con los recursos económicos necesarios para disponer de ellos en el momento en que haya lugar. Vale la pena preguntar, por ejemplo, si los cuerpos de bomberos en el caso del Huila disponen del personal y equipos suficientes para atender eventuales emergencias asociadas al fenómeno de La Niña.
Es de imperiosa necesidad que en cada pueblo las autoridades prioricen las zonas que pueden sufrir inundaciones, movimientos en masa, avenidas torrenciales, entre otros.