Este proyecto tiene como objetivo mejorar la salud y el bienestar de los estudiantes mediante la adopción de hábitos saludables, promoviendo la convivencia armónica y el autocuidado dentro y fuera del ámbito escolar.
La Institución Educativa San Juan Bosco, ubicada en Palermo, Huila, está llevando a cabo una importante iniciativa orientada a mejorar la salud y el bienestar de sus estudiantes, bajo el liderazgo de la profesora Magda Rosalia Velásquez y el rector José Ancízar Angarita Quesada. Esta experiencia pedagógica, titulada “Estilos de vida saludables”, tiene como objetivo principal fomentar hábitos que contribuyan al autocuidado, la convivencia armónica y la adopción de prácticas saludables tanto dentro como fuera del ámbito escolar. La iniciativa ha sido reconocida como un modelo innovador en la promoción de estilos de vida saludables, obteniendo el premio en el Encuentro Departamental de Experiencias Pedagógicas Significativas.
La propuesta surgió como respuesta a diversas problemáticas relacionadas con la salud de los estudiantes, como altos índices de obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles, lo que provocaba ausentismo escolar y bajo rendimiento académico. También se identificaron problemas de convivencia escolar, que estaban vinculados a la falta de hábitos saludables y de autocuidado. Con el fin de abordar estas dificultades, el proyecto “Estilos de vida saludables” busca promover una cultura del autocuidado mediante la implementación de hábitos cotidianos que favorezcan un entorno saludable no solo en la escuela, sino también en las familias y la comunidad en general.
Para llevar a cabo este objetivo, el proyecto se desarrolló en cuatro fases: sensibilización, planeación, implementación y evaluación. Durante la fase de sensibilización, se realizaron actividades lúdicas y recreativas para dar a conocer la iniciativa tanto a la comunidad educativa como a entidades externas, como las públicas y privadas del municipio. Según los líderes, esta fase fue esencial para crear conciencia sobre la importancia de adoptar hábitos saludables y cómo estos pueden influir positivamente en la salud y el rendimiento académico de los estudiantes.
En la fase de planeación, se definieron los aspectos metodológicos y logísticos del proyecto, y se estructuró un plan de trabajo que abordara las problemáticas identificadas en el diagnóstico inicial. También se establecieron convenios con entidades externas para apoyar la iniciativa. Durante la fase de implementación, se pusieron en marcha actividades como la promoción de pausas activas, la reestructuración de la oferta alimentaria en las cafeterías escolares para incluir opciones más saludables, y la creación de espacios para la práctica de deportes y actividades físicas al aire libre.
Finalmente, en la fase de comunicación y divulgación, los resultados del proyecto fueron compartidos con la comunidad educativa, y las buenas prácticas se promovieron a través de medios locales y redes sociales, amplificando el impacto del proyecto más allá de los muros de la institución. Según la profesora Magda Rosalia Velásquez, “los resultados del proyecto han sido altamente positivos, tanto a nivel individual como colectivo. Estos jóvenes ahora son promotores activos de hábitos saludables, lo que ha generado un ambiente de mayor armonía y respeto dentro de la comunidad educativa”.
El proyecto “Estilos de vida saludables” ha mejorado significativamente las competencias de los estudiantes en áreas como la comunicación, la argumentación, la toma de decisiones saludables y el autocuidado. Los estudiantes han aprendido a cuidar de su salud física y emocional, reconociendo la importancia de la alimentación sana, el ejercicio regular y el cuidado del entorno. Además, la activa participación de los padres de familia ha sido crucial, ya que, mediante diversas actividades y movilizaciones, han reforzado estos hábitos saludables en sus hogares.
En cuanto a la evaluación y sostenibilidad, el proceso ha sido constante y ha permitido identificar tanto los logros alcanzados como las áreas de mejora. Las evaluaciones han facilitado ajustes en las estrategias implementadas, asegurando la relevancia y efectividad del proyecto en el tiempo. Los resultados obtenidos evidencian que mediante el uso del arte, el juego, la expresión corporal y otras estrategias creativas, es posible sensibilizar y transformar a las comunidades.