Centenares de estudiantes huilenses padecen un calvario por el hacinamiento y la ausencia de una infraestructura escolar adecuada, aunque miles de millones de pesos pagaron las administraciones locales por obras que nunca fueran concluidas, no se ajustan a los diseños iniciales o los contratistas se esfumaron. Centenares de estudiantes huilenses padecen un calvario por el hacinamiento y la ausencia de una infraestructura escolar adecuada, aunque miles de millones de pesos pagaron las administraciones locales por obras que nunca fueran concluidas, no se ajustan a los diseños iniciales o los contratistas se esfumaron. Mientras las autoridades de control investigan, niños y jóvenes del departamento se constituyen en las víctimas directas de la mala contratación pública, un cáncer que se niega a desaparecer de algunas instituciones estatales. Informe especial. I parte. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA En Santa Rita, una alejada vereda del municipio de Aipe, cerca de 400 niños y jóvenes no tienen en donde estudiar. Desde el 2010, les demolieron la pequeña y única infraestructura con la que contaban, para construir allí un megacolegio que nunca se terminó. Esta semana los estudiantes entraron a paro, exigiendo la culminación de los trabajos. El contratista seleccionado para esta y muchas obras similares en el departamento del Huila fue la Fundación Para el Buen Gobierno, una polémica empresa de papel antioqueña, que fue demandada por plagio por el Presidente de la República Juan Manuel Santos y que tuvo que cambiar su razón social, a Fundación Para el Bienestar Global. Aunque la comunidad advirtió durante meses los retrasos en las obras y la falta de cumplimiento de los contratistas con los pobladores del sector en el pago de mano de obra y suministro de materiales; tanto el interventor como los funcionarios de la anterior administración de Aipe, aseguraron que las obras culminarían exitosamente. Sin embargo, no fue así. Los avances no llegaron ni al 70 por ciento de la ejecución total, aunque los recursos de las regalías petroleras garantizaban la completa financiación del proyecto. La nueva alcaldía de Aipe gestiona actualmente con la aseguradora, el pago de la póliza de cumplimiento. Mientras que en el sector duramente afectado por el conflicto armado interno, decenas de niños y jóvenes desertaron de la institución escolar; ante el hacinamiento y la mala ventilación en las que recibían sus clases, en improvisados salones de las casas de familia de la localidad, mal iluminadas y pesimamente ventiladas, sin los mínimos espacios deportivos o de recreación. Al respecto, la Gobernadora del Huila Cielo González Villa manifestó que se realizarán las licitaciones públicas respectivas para la culminación de los colegios. La funcionaria aseguró que la zona rural era muy importante para su gobierno y le pidió a la comunidad paciencia. “Hay unos diseños de tipos de aulas y de restaurantes escolares que vamos a adecuar. Ya tenemos un equipo de ingenieros en cada sitio traumático del departamento para iniciar la licitación y culminación de las obras”, manifestó González. La mandataria de los huilenses lamentó que las zonas rurales más apartadas sean las más afectadas, a donde aseguró que llegará con inversión. “Terminaremos los megacolegios que iniciaron en la administración pasada y reforzaremos su adecuación y mantenimiento. No podemos seguir construyendo más obras, sino resolvemos los problemas existentes”, expresó. La “A sectores como Praga y Santa Rita vamos a llegar con infraestructura adecuada, el puesto de salud y el arreglo de sus vías”, dijo la Gobernadora. Frente a ésta y situaciones similares que se presentan en diferentes municipios huilenses, Cielo González aseguró que se liquidarán los contratos, se licitarán públicamente y se adjudicarán de nuevo para la culminación. “Nosotros estamos revisando y consolidando su estado actual. No vamos a dejar esos colegios a medias, los vamos a terminar mientras resolvemos problemas de interpretación jurídica”, señaló. Megacolegio Luis Calixto Leiva de Garzón, a la deriva Hace un año se inauguró en Garzón el megacolegio Luis Calixto Leiva, con una inversión cercana a las ocho mil millones de pesos, para el beneficio de tres mil estudiantes de la localidad. Sin embargo, la infraestructura no está terminada. Múltiples sectores se encuentra en obra negra y el megacolegio no cuenta con agua potable ni servicios sanitarios. Las obras se encuentran paralizadas desde hace siete meses por falta de recursos adicionales, pese a que el anterior gobierno departamental garantizó la completa financiación del proyecto. La maleza comienza a causar estragos en algunos sectores de la moderna construcción en concreto. “Estamos cuidando la obra. Faltan algunos”, dijo un funcionario encargado de la vigilancia. Para la secretaria de educación de Garzón, Yina Paola Lombana, la inversión que se requiere para la dotación y el funcionamiento de la edificación es cercana a los cinco mil millones de pesos. Al respecto, el alcalde de Garzón Delio González aseguró que se requería algo similar a lo invertido en la construcción para el funcionamiento de la obra, por lo que pidió a la administración departamental el acompañamiento urgente. Megacolegio La obra se realizó en convenio por la pasada Gobernación del Huila y la alcaldía de Edgar Bonilla Ramírez, quien adquirió el lote por 250 millones de pesos. El ex mandatario defendió la obra y aseguró que el municipio se comprometió con las vías de acceso, porque los dineros estaban asegurados con Emgesa, pero que ya no se cuentan con esos recursos. “Esperamos que se terminen las obras por el bien de Garzón y de la educación, porque sabemos de la importancia y de los impactos positivos que genera el proyecto”, aseguró Bonilla. El megacolegio con capacidad para tres mil estudiantes cuenta con amplios salones de clase, patios, auditorios, zonas de deportes, parqueaderos y almacenamientos de agua. Mientras tanto, el hacinamiento es el dolor de cabeza para docentes, padres de familia y estudiantes del colegio Luis Calixto Leiva. La semana pasada la comunidad académica protestó porque tienen que realizar las actividades académicas en una vieja infraestructura llena de goteras, baños destruidos, salones sin puertas o en pésimo estado, paredes corroídas por la falta de pintura y mantenimiento. Asimismo, hay ausencia de docentes para cumplir con la planta y el sobrecupo de alumnos es evidente, ya en algunos grados supera el número de 40 estudiantes por grado. El gobierno departamental envió una comisión en días pasados, para evaluar la situación. Con menos del 70 por ciento de ejecución se encuentran las obras en el colegio de Santa Rita. Los niños y jóvenes que entraron a paro, tienen que realizar sus clases en casas de familia, mal iluminadas y ventiladas. El megacolegio de Garzón no ha entrado en funcionamiento, afectando a cerca de tres mil estudiantes. Fotos archivo.