Tres nuevos estudios publicados este fin de semana refuerzan el vínculo entre el consumo de sodas y bebidas frutales azucaradas con la epidemia de obesidad en Estados Unidos. Tres nuevos estudios publicados este fin de semana refuerzan el vínculo entre el consumo de sodas y bebidas frutales azucaradas con la epidemia de obesidad en Estados Unidos. El consumo de estas bebidas más que se duplicó desde los años 70 así como la tasa de obesidad entre los estadounidenses en ese mismo periodo, que afecta actualmente al 30% de la población adulta, destacan los autores de estas investigaciones divulgadas en línea en el New England Journal of Medicine. El primer estudio, realizado sobre más de 33.000 estadounidenses, hombres y mujeres, indica que consumir estas bebidas azucaradas actuaría sobre los genes afectando el peso y amplificando las predisposiciones genéticas de una persona a engordar. La municipalidad de la ciudad de Nueva York prohibió desde este mes la venta de porciones “gigantes” (más de medio litro) de sodas y otras bebidas frutales azucaradas en restaurantes y salas de cine. La “American Beverage Association/ABA”, agrupamiento profesional que representa a la industria de las sodas y las bebidas frutales, rechazó vigorosamente las conclusiones de estos estudios.