El presidente Gustavo Petro firmó la resolución que deja en firme a 18 exmiembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para ser gestores de paz en la mesa de diálogo que les prometió en octubre en medio del evento de víctimas, al que asistió el exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso.
Esta designación será por seis meses. No modifica su situación jurídica, ni las medidas de aseguramiento vigentes. Tampoco les da beneficios judiciales.
Salvatore Mancuso fue el máximo comandante de las AUC y llegó al país luego de estar 20 años extraditado. Ha sido testigo clave ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el marco del conflicto armado, especialmente contra el expresidente Álvaro Uribe.
Diego Murillo Bejarano, alias “Don Berna”, fue un poderoso paramilitar y narco en Antioquia desde los 80 hasta el 2005, año en el que se desmovilizó de las AUC. Y Rodrigo Tovar Pupo alias “Jorge 40” fue comandante del Bloque Norte de las AUC, condenado por masacres y homicidios. Su hijo es la curul de paz, Jorge Rodrigo Tovar.
A pesar de que las AUC dejaron las armas y que Mancuso y otros jefes paramilitares han sido investigados y juzgados durante años por la justicia, el presidente Petro habló de volver a abrir una mesa de diálogos con los antiguos miembros de las AUC.
Para el presidente es necesario tener una mesa porque hay asuntos sin terminar. Dice que los bienes de los paras no se han entregado a las víctimas y también se le pusieron trabas a la verdad de los paramilitares, pues extraditaron a comandantes como Mancuso a Estados Unidos, quien pagó 15 años en la justicia norteamericana por narcotráfico.
Una nueva mesa surgiría mientras aún hay asuntos pendientes en el proceso de paz con los paramilitares del 2004. Por ejemplo, todavía hay un rezago de procesos judiciales en Justicia y Paz, la jurisdicción que se creó para juzgarlos.