Al cierre de la semana pasada, la noticia económica en el país fue la reducción de la tasa de interés de política monetaria hasta 9.75%. Por otro lado, la propuesta de modificación del Sistema General de Participaciones (SGP) hecha por el Congreso, y apoyada por el ejecutivo, acaparó la atención de la opinión pública al inicio de la semana pasada. Cabe aclarar que la decisión del Banco de la República fue bien recibida por el mercado. Contrariamente, la reforma del SGP, que promete la liberación de mayores recursos financieros hacia los territorios, generó más preocupaciones que certezas.
Cabe aclarar que un sector importante del país advierte que la posible reforma al SGP podría afectar la estructura fiscal del país. Tal como lo advertí en “Finanzas públicas: datos y no relatos” (23-Oct-2024), el déficit fiscal ha sido una constante en los últimos 28 años que, según datos del Departamento Nacional de Planeación, se explica principalmente por cuenta del gasto del gobierno central. Entonces, para corregir la condición deficitaria, pareciera que la disminución del Estado es la opción más sensata. Sin embargo, controlar el desparpajo del gasto del nivel central de la administración no parece posible ya que 2025 será un año electoral y que el populismo es su derrotero.
Ahora bien, es fácilmente predecible que, de aprobarse la reforma al SGP, podrían generarse condiciones de mayor vulnerabilidad para la estructura fiscal del país dado que esta no garantiza la reducción del desbalance fiscal, ni tampoco la gestión eficiente de los recursos, ni mucho menos la competencia de los funcionarios de las administraciones territoriales, ni tampoco que la corrupción disminuirá. Infortunadamente, esto hará que las condiciones de incertidumbre aumenten por causa del deterioro fiscal del país.
Debe mencionarse que otras decisiones como el alza de precios de los combustibles (a pesar de lo revelado en “Finanzas públicas: datos y no relatos”), la reforma laboral, la no exploración de petróleo y la importación de gas, presionarán la inflación, lo que podría causar un retroceso de la decisión del Banco de la República.
Pareciera, entonces, que el 2025 no será un buen año en materia económica. Esperemos que en lo político el país pueda corregir el error de 2022.