Impresionante, por decir lo menos, el sartal de irregularidades y presuntas actividades ilícitas en el desarrollo del multimillonario contrato, Impresionante, por decir lo menos, el sartal de irregularidades y presuntas actividades ilícitas en el desarrollo del multimillonario contrato, disfrazado de convenio, para alimentar a miles de nuestros niños huilenses en sus escuelas y colegios, celebrado entre la Gobernación del Huila y el Comité Departamental de Cafeteros, revelados ayer por LA NACIÓN. Asombra e indigna de entrada que, según la Contraloría General de la República, haya sobrecostos por cerca de 8.000 millones de pesos en este programa en solo diez meses, dinero que alcanzaría y sobraría para alimentar a más de 5.000 niños durante todo un año dándoles tres raciones diarias. Pero no sólo ello; contratos a dedo, facilitando la intermediación y casi 1.500 millones de pesos – de los niños – destinados a pagar sueldos de los directivos cafeteros, presunta evasión de impuestos y, como si faltara algo, mala calidad en el servicio y alto riesgo por graves deficiencias sanitarias. Todo este cúmulo de fallas a nombre de los pequeños más desprotegidos, usándolos como mampara de enormes proyectos cuyo único fin, pareciera, fuera el de evadir todos los controles legales para la contratación estatal y terminar adjudicando más de 28 mil millones de pesos de las formas menos ortodoxas. Lejanos son los días en los que los gremios de los cafeteros eran modelo de transparencia, honestidad y pulcritud en el manejo de los recursos públicos, entre otras razones porque era con la misma plata de los caficultores – o buena parte de ella – con la que se abrían o arreglaban carreteras, acueductos, puentes y escuelas; el Estado les confiaba a sus dirigentes esas tareas por la enorme confianza ganada a través de décadas de proyectos similares. Pero ahora, nos dice la Contraloría, este gran negocio para alimentar a los niños pobres, miles de ellos cafeteritos, se hizo con estudios previos diseñados para favorecer a contratistas, sin consultar otros precios del mercado, y en algunos casos direccionado a favorecer a negociantes cercanos al entonces mandatario seccional. Pero como además había que controlar la ruta, dicen los investigadores que la interventoría fue extemporánea y con sobrecostos. Aunque loable el trabajo de investigación de la Contraloría, sí vale recalcar que el grueso de estas anomalías fue denunciado desde el año pasado por LA NACIÓN mediante indagaciones con docentes, estudiantes y padres de familia, quienes cuestionaron con dureza la ejecución anormal de este programa. Gran paradoja, pero la alimentación escolar se ha convertido en otro gran carrusel de oscuras maniobras para morder enormes tajadas del presupuesto como ha ocurrido desde años atrás con las raciones alimenticias de los presos. No podemos menos que presumir la buena fe y la inocencia de los implicados en esta denuncia oficial, pero sí alerta que tanto los cafeteros como la Gobernación hayan negado el acceso a documentos de este mega convenio. Que las autoridades, con rigor, digan la última palabra. DESTACADO “Gran paradoja, pero la alimentación escolar se ha convertido en otro gran carrusel de oscuras maniobras para morder enormes tajadas del presupuesto como ha ocurrido desde años atrás con las raciones alimenticias de los presos”. EDITORIALITO Por iniciativa de Naciones Unidas se celebra hoy el día Internacional de la no violencia. En Colombia distintas organizaciones sociales promueven la jornada 24-0: 24 horas con 0 muertes violentas. Una convocatoria ciudadana para ciudadanos contra la violencia. Un llamado a cuidar la vida.