Un fallo de tutela obligó a la EPS de Comfamiliar a suministrarle un tratamiento integral a un paciente cuadripléjico del departamento, pero su médico al parecer se excedió y le formuló desde enjuague bucal hasta talco para los pies, así como una cama especial, silla de ruedas y sabanas de algodón. Informe especial. Un fallo de tutela obligó a la EPS de Comfamiliar a suministrarle un tratamiento integral a un paciente cuadripléjico del departamento, pero su médico al parecer se excedió y le formuló desde enjuague bucal hasta talco para los pies, así como una cama especial, silla de ruedas y sabanas de algodón. Informe especial. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Desodorante, talcos para los pies, champú, cremas, enjuague bucal, pañales y hasta pañitos húmedos, tiene que suministrarle mensualmente la EPS Comfamiliar Huila, a un paciente cuadripléjico del departamento, por orden de un juzgado de la República. El fallo avaló el costoso paquete médico en el que incluso se especifican las marcas de los productos. “Es un desangre para el sistema de salud colombiano”, aseguró con desconsuelo Adriana Oviedo, auxiliar administrativa de la EPS Comfamiliar, al revisar la extensa fórmula médica que incluye 36 productos para el aseo y la alimentación del paciente. Sin embargo, la entrega de la larga lista está suspendida, mientras se resuelven algunos alegatos jurídicos. La entidad suministró durante un año el recetario médico al paciente del Régimen Subsidiado, que según la factura del 20 de mayo de 2011, costó 2’371.794 pesos. Inicio La atención del humilde paciente huilense, residente en la zona rural del departamento, inició en diciembre del año 2009, cuando un desafortunado accidente lo postró en una cama y lo dejó en estado vegetativo. El hombre quedó con secuelas de un tic severo, cuadriparesia espástica, encefalopatía hipoxica isquémica, lesiones hipocrómicas en diferentes partes de su cuerpo, entre otras delicadas afectaciones. Durante un año la familia realizó un maratónico recorrido por las entidades de salud del departamento, solicitando las autorizaciones para una dieta especial por sonda y las terapias domiciliarias respiratorias y de lenguaje, así como la dotación de una silla de ruedas y una cama especial. A través de las vías jurídicas consiguieron que al hombre le proporcionaran un tratamiento integral que le permitiera tener una vida saludable en condiciones de plena dignidad. El fallo judicial señaló que el paciente se encontraba en estado de total postración y que necesitaba una atención especial para su situación. El togado acudió a la figura de Pro Homine, para garantizar el suministro de tratamientos no incluidos dentro del POS, con el fin de contribuir a la rehabilitación del hombre y el apoyo a su familia. “Es importante señalar que el principio de integridad no significa que el interesado pueda pedir que se le suministren todos los servicios de salud que desee o estime aconsejables. Es el medico tratante adscrito a la correspondiente EPS el que determina lo que el paciente requiere”, señaló el fallo. Ante las dificultades para llegar hasta la población donde reside el paciente, la EPS le proporcionó los servicios de ambulancia para los desplazamientos y los viáticos a su familiar. Asimismo, le entregó una silla de ruedas neurológica que tuvo un costo de 900.000 pesos, un colchón de aire de burbujas por 3’000.700 pesos y una cama hospitalaria eléctrica con barandas laterales, diferentes planos, elevación de altura, cabecera y pies con motor silencioso, así como con un colchón especial forrado en hule antiescaras por 9’546.000 pesos. Excesos Sin embargo para Leidy Solano Puentes, coordinadora de Autorizaciones de Comfamiliar, el médico de la localidad que no trabaja con la EPS directamente, cometió graves excesos en la formulación del paciente. “Solicitó dos pares de tenis venus ortopédicos para un paciente que no se puede mover y cada uno costó 104.000 pesos. Además, recetó dos juegos de sabanas de algodón, por 180.000 pesos cada una. A la familia del paciente no se le entregaba una fórmula médica, sino un mercado de aseo”, señaló la funcionaria. Según la fórmula médica que expidió el galeno, se requería del suministro de un tarro de 3.000 gramos de polvos Mexsana, 18 paquetes de pañales desechables Tena, cuatro tarros de leche Klim, un tarro de leche Len, dos frascos grandes de espuma para afeitar Gillette, cinco tubos grandes de Colgate Total 12 y 10 prestobarbas Gillete. Además, formuló cuatro tarros de 750 ml de champú Johnson para cabello oscuro, un frasco grande de champú para la caspa H&S, tres chapstick medicados, cuatro envases grandes de enjuague bucal Listerine, tres bolsas de jabón Fab por 5.000 gramos y tres recipientes de 1.000 ml cada uno de jabón líquido. El recetario incluyó ocho frascos de crema líquida Johnson con proteínas de leche, una bolsa de algodón, una caja de guantes, dos frascos de Deo Pies, cinco paquetes de pañitos húmedos Pequeñín y ocho latas de Ensoy en polvo por 400 gramos con sabor a fresa y vainilla. El médico, que utilizó 21 hojas para esta fórmula, solicitó además tres frascos de gel Supragel antibacterial, dos botellas de aceite mineral grande, dos tarros de aceite de almendras grande, cinco desodorantes grandes de Gillete en gel, 18 rollos de papel higiénico familia 3 en 1, 12 latas de Ensure, una caja de tapabocas y tres envases de jabón líquido Johnson. También pidió cuatro pastas de jabón Johnson, dos tarros de Emulsión Scott grandes sabor natural, dos jarabes para la tos, un frasco de Furacin, seis cepillos de dientes, 10 Sal de Frutas Lua, 10 cápsulas de Advil, 10 Alka seltzer y tres envases de jarabe Advil Children. En fórmulas médicas anteriores solicitó suavizante para la ropa, hipoclor y Yodora. Problema Para Adriana Oviedo este tipo de formulaciones son excesivas y no se ajustan al deber ser del sistema de salud colombiano, en detrimento de muchos ciudadanos del Régimen Subsidiado que sí requieren una atención integral. “Aquí hay productos que nada tienen que ver con la salud del paciente, como el jabón Fab. Es absurdo que se le tenga que suministrar esto, porque se pone en riesgo la atención de muchos huilenses que requieren estos recursos para su bienestar”, manifestó la funcionaria. En los estrados judiciales se resolverá este caso que tiene varias órdenes de desacato e incluso días de arresto contra el director de Comfamiliar, Armando Ariza. Mientras muchos usuarios insisten en que las autorizaciones de las fórmulas y los medicamentos se retrasan, porque no existen los recursos para sus tratamientos, otros tienen garantizado un completo kit de aseo personal a cargo del sistema de salud colombiano. El nombre y ubicación del paciente se reserva para proteger su integridad, intimidad y recuperación satisfactoria. Adriana Oviedo Leidy Solano Puentes El extenso recetario médico incluyó 36 productos con marcas y tamaños. Un tratamiento integral ordenó el juez, pero el médico se excedió presuntamente en la formulación.