Lo que enferma es el efecto de convertir en reacciones químicas los sentimientos que habitan en tu cuerpo, cuando los vives y cuando los recuerdas una y otra vez. Lo que enferma es el efecto de convertir en reacciones químicas los sentimientos que habitan en tu cuerpo, cuando los vives y cuando los recuerdas una y otra vez. La sabiduría universal hace su trabajo, pero tú debes hacer el tuyo, emprendiendo día a día actividades que arranquen una sonrisa de tu rostro. HEIDI LATORRE ADARME Especial LA NACION Muchas personas culpan a los demás, al destino o a Dios, sobre lo que les sucede en sus vidas. Sin embargo, para lograr una verdadera transformación en tu vida, la primera condición es hacerte responsable de tu propio destino. Al asumir esa responsabilidad se está iniciando una gran aventura, o el “viaje del héroe” como lo llamo Joseph campbell, en su trabajo plantea que en ese camino aparece un maestro; o maestros que lo guiará en los primeros pasos de su entrenamiento. Hoy quiero compartir este espacio, con un compañero, amigo y por supuesto un gran maestro que me ayudó a comprender la importancia de soltar todo sentimiento de resentimiento, rabia en mi proceso de sanación física, y especialmente a llenar mi vida de más amor y luz. Deseo que la información que comparte Pedro Antonio, llene sus vidas más de luz y amor. Por Pedro Antonio Silva M. ¿Es posible que la resistencia a perdonar nos genere enfermedades? Muchos sanadores y médicos consideran que sí. Sin embargo, un alto porcentaje de personas que se sienten inmersas en un proceso de falta de perdón, no tienen detectado el padecimiento adecuadamente y los síntomas no los ubican en tal situación. En este sentido, una de las vivencias más frecuentes y menos detectada o enfrentada es la falta de luz e información: aunque no emprendemos el crecimiento en estas áreas, nos sentimos avalados para enjuiciar a otros por su conducta, por sus elecciones o por la forma de actuar. De hecho, no dudamos de nuestros modelos o creencias, y a pesar de las evidencias, sentimos que nuestras experiencias de vida fueron diferentes e inmerecidas. Un experto mundial en temas de familia decía:”En Colombia, en México o en Oriente… Por donde camines, el resumen es el mismo: te pasas los días tratando de perdonar a tus padres, a tus hijos, a tu familia y eso es casi el 80% de los casos que he conocido; solo el 20% restante desarrolla procesos de perdón con personas ajenas a la familia… ¿por qué sientes que tu caso es tan diferente? Lo cierto es que los síntomas de falta de perdón se parecen mucho a los de la falta de luz en algunos aspectos, pues las personas hablan del tema en pasado, aunque su cuerpo vibra adolorido en el presente, lo que quiere decir que podría llorar o abatirse por el simple hecho de narrarlo, así hayan 20 o más años de por medio. Otro síntoma compartido es que muchos se refieren al perdón como un proceso que toma tiempo, ¡mucho tiempo! -a veces toda una vida- justificando así su convivencia con esos recuerdos e incluso argumentan que si ya casi no lo recuerdan es porque el ciclo está cerrado y el perdón ha ocurrido. De igual forma, otros sienten que el proceso de perdón podría beneficiar al ofensor y prefieren hundirse con él en la lancha antes que permitir una ventaja para el agresor. Además, todos los que padecen estos síntomas se sienten con el derecho y el don de juzgar, considerando absolutamente válida y certera su versión de los hechos y por lo tanto con absoluto derecho a perdonar o condenar ante la ofensa recibida. Entonces, ¿cuáles serían las diferencias entre un proceso de perdón y uno de falta de luz? Veamos: en un proceso de perdón, alguien abusó de ti, te robó, le quitó la vida a algún ser querido o ejecutó un acto premeditado contra ti o contra tu familia. En un acto de falta de luz, responsabilizas a alguien de lo que ha pasado en tu vida: al marido que te abandonó, al hijo desagradecido, al padre que no te supo demostrar su amor o a la madre que no fue tierna contigo. Sin embargo, al momento de buscar las evidencias físicas, encontramos que se reducen a tu versión de los hechos, afectada por tus filtros y por una enorme incapacidad de comunicacióny de negociación frente a la situación reclamada. No obstante, tanto en el proceso de perdón como en la falta de luz, tu cuerpo vibra a unos niveles de energía muy bajos y en ambos percibes amenazas en tu entorno. Sabiduría de la naturaleza Es en esas situaciones cuando debes mirar la sabiduría de la naturaleza: el ciervo no se queda analizando lo cerca que estuvo de ser cazado por el león, ni busca sicólogos para superar el trauma, porque el evento de ser presa no es una situación particular de un individuo, sino que es parte de la cotidianidad de toda su manada y por tal motivo, sus instintos llevan al ciervo a estar alerta y cuando el capitulo se cierra, descansa y reactiva sus alarmas solo cuando considera que se aproxima un nuevo capítulo. Es por eso que cuando entran a nuestro cuerpo luz e información, muchos procesos se cierran instantáneamente, permitiendo que el cuerpo sane al ritmo indicado por el universo y no al que nosotros quisiéramos imponer. A diferencia de los procesos de perdón, que son mayoritariamente específicos, al sanar la falta de luz se generan cambios más dramáticos en nuestra manera de ver la vida, toda vez que la luz no se limita a iluminar ese pedazo de tu alma -que estaba en oscuridad- sino que ilumina todo el recinto…por eso cambian tantas cosas. Los procesos de luz e información te acercan más a valores como humildad, gratitud, responsabilidad y coherencia. Una madre muy valerosa cerró su ciclo de rencor con su ex pareja cuando entendió que todo el esfuerzo que hacía por que su hijo tuviera lo mejor de lo mejor, se seguiría yendo por el caño en la medida que le transmitía el rencor a su hijo. Reflexión ¿Entonces, enferman los procesos de falta de perdón o la carencia de luz e información? Yo diría que no: lo que enferma es el efecto de convertir en reacciones químicas los sentimientos que habitan en tu cuerpo, cuando los vives y cuando los recuerdas una y otra vez. La sabiduría universal hace su trabajo, pero tú debes hacer el tuyo, emprendiendo día a día actividades que arranquen una sonrisa de tu rostro… imita a las recepcionistas que ofrecen una sonrisa a quien atienden: considérate el mejor de tus clientes y regálate ese mismo gesto para ti, intencionalmente y muchas veces… ¡Haz tu parte! *Pedro Antonio Silva M Trainer de trainers avalado por Dr Richard bandler. Facilitador de sanación Reconectiva avalado Dr Eric Pearl. El 3106257270 **Psicóloga- Master of PNL & Coaching Para Conferencias, talleres, seminarios., terapias con PNL & Coaching Informes: e-mail hala1205@hotmail.com