Familia, fin primordial – Claudia Wilches

Desde el principio de los tiempos el ser humano ha encontrado en la familia el principal factor de desarrollo, esta ha sido en su esencia el más importante fundamento para la construcción cultural alrededor del mundo y pilar clave en la formación de grandes civilizaciones. Desde el principio de los tiempos el ser humano ha encontrado en la familia el principal factor de desarrollo, esta ha sido en su esencia el más importante fundamento para la construcción cultural alrededor del mundo y pilar clave en la formación de grandes civilizaciones. Proteger la familia es prioridad de cualquier sistema político no solo para garantizar la formación y permanencia de las generaciones en el tiempo si no para otorgar las condiciones necesarias para el fortalecimiento de toda sociedad. La organización social responde en su totalidad a la existencia de la vida en familia, los horarios laborales, las prestaciones sociales, la protección jurídica del patrimonio familiar, el amparo en salud al interior del núcleo familiar. Todo está dirigido a otorgar la importancia debida a tan especial institución para el ser humano. No es coincidencia que la constitución política de Colombia exprese en su articulado el amparo a la familia como institución básica de la sociedad o como núcleo fundamental de ésta y de igual manera que establezca su protección integral por parte del Estado y de la sociedad lo cual quiere decir que la familia en si misma se constituye en un fin e interés del Estado demostrando así su gran importancia y tal como lo expresa el texto constitucional la necesidad de protegerla. Por esta razón negar la importancia de la familia dentro de la construcción social y del fortalecimiento del Estado tendría efectos negativos. Pero detrás de todo esto existe el debate del origen de la familia como tal, ya que desde el propio orden natural solo puede existir con la unión de un hombre y una mujer y es lo que precisamente se ha venido negando y queriendo atacar sin medir las consecuencias. Fuera del debate de las libertades de cada persona se debería pensar en los verdaderos efectos de arremeter en contra de la familia al querer establecer las pretensiones e ideales de un grupo sin antes pensar en el conjunto de la sociedad y en los origines inmutables de la misma. Fortalecer la familia es un deber de la Sociedad resguardar la principal célula de la sociedad debe seguir siendo un fin del Estado y no una simple afirmación antropológica que se quede en reconocimientos constitucionales.