José Alejandro Claros, capitán de la Estación de Policía de Orito en el Putumayo, habló para LA NACIÓN de la fatídica noche del 30 de diciembre, en la que perdió a su esposa y a su hijo de ocho meses, por el atentado terrorista perpetrado por las Farc. José Alejandro Claros, capitán de la Estación de Policía de Orito en el Putumayo, habló para LA NACIÓN de la fatídica noche del 30 de diciembre, en la que perdió a su esposa y a su hijo de ocho meses, por el atentado terrorista perpetrado por las Farc. LA NACIÓN, PITALITO El capitán laboyano José Alejandro Claros fue trasladado a Orito en el Putumayo, como comandante de la Estación de Policía. Su esposa Leidy Milena Barrios Sánchez, de 30 años de edad y sus hijos Andrés Felipe de 4 años y Juan José de ocho meses, se radicaron en el municipio para acompañarlo en esta nueva labor. Sin embargo, la familia terminó desintegrada por el accionar de las Farc. La mujer y el pequeño Juan José de ocho meses de nacido, fallecieron en el ataque perpetrado por los guerrilleros el pasado viernes 30 de diciembre, tan sólo dos días después de llegar a la localidad. “Nunca pensé que se presentara una acción terrorista que le cobró la vida a mi esposa y a mi hijo”, manifestó Claros con la voz entrecortada. La víspera del año nuevo, hacia las 8:30 p.m. el capitán se reportó con el comandante de la Policía del departamento, al igual que todas las estaciones del Putumayo. “Minutos después llegó mi esposa con los dos niños, para que nos trasladáramos al lugar donde íbamos a pernoctar. Le dije que me esperara 10 minutos en una oficina contigua, mientras yo estaba escuchando las consignas del comandante de la Policía”, aseguró el oficial. El atentado Cinco minutos después, el capitán se desconectó de la realidad y no supo nada más de sí, en un lapso aproximado de 15 minutos. Un atentado terrorista en contra de la estación fue perpetrado al parecer por guerrilleros del frente 48 de las Farc, al mando de un subversivo conocido con el alias de ‘Robledo’, quien entregó la orden de lanzar dentro de la estación un bolso con cinco kilos de pentonita aproximadamente. La bomba cayó a pocos metros de la oficina donde estaba la esposa del uniformado, quien sostenía en sus brazos a Juan José. Afortunadamente, Andrés Felipe, su otro hijo, se salvó porque salió de la estación en el momento de la detonación. La onda explosiva dejó totalmente destruida la edificación, Leidy Milena Barrios Sánchez y su bebé fallecieron al recibir en su humanidad los bloques de cemento y los ladrillos del inmueble. “Cuando desperté estaba cubierto de escombros, traté de salir pero no podía, estaba totalmente aprisionado. Liberé mi brazo derecho y en medio de las ruinas levántela mi mano, tocando a una persona que estaba encima de mí. Me tomaron de la mano y me liberaron”. Aturdido por la explosión, empezó a preguntar por lo sucedido a algunos de los curiosos y los socorristas que atendieron la emergencia, ellos le informaron acerca de la activación de la bomba. Incertidumbre y esperanza En un video aficionado de los momentos posteriores al atentado, se observa el rescate del cuerpo sin vida de la esposa del capitán, el cual fue trasladado inicialmente al hospital de Orito. “Yo esperaba que en el hospital me entregaran noticias de mi esposa y de mis dos hijos, llegaban los demás heridos, pero ellos no, lo que me causaba mucha tristeza e incertidumbre. Posteriormente me trasladaron a un helipuerto en una de las baterías de Ecopetrol y de ahí al hospital de Puerto Asís”. En medio de la tragedia y la angustia, el capitán se rencontró con su hijo Andrés Felipe, quien era atendido en ese centro asistencial. “Sentí algo de esperanza para volver a ver a mis seres queridos, la gente decía que toda mi familia había muerto. Pero encontrar con vida a Andrés Felipe fue un aliciente para sacar fuerzas y recuperarme lo más pronto posible”. El capitán Claros y su hijo fueron trasladados en un avión de la Fuerza Aérea hasta el Hospital Central de la Policía en Bogotá, en donde permaneció por espacio de dos días en recuperación. “Mi familia se trasladó hasta Orito para recoger los cuerpos de mi esposa y de mi otro hijo, ellos fueron trasladados hasta La Dorada en Caldas. El lunes dos de enero fueron sepultados. Afortunadamente mis heridas no fueron tan graves y tuve aliento para asistir al funeral de mi familia”. Heridos El capitán Claros sufrió politraumatismos, trauma acústico izquierdo y lesiones de tejidos blandos con múltiples esquirlas. Andrés Felipe Claros Barrios, su hijo de 4 años recibió múltiples heridas por esquirlas, laceraciones y contusiones en la cabeza. La patrullera Leidy Bermudez presentó traumas faciales, el patrullero Fredy Alexander Chaparro, heridas por laceraciones faciales y valoración del oftalmólogo; el patrullero Eder Alexander Rodríguez registró traumas múltiples y le realizaron un tac y rayos X y el patrullero Carlos Andrés Rojas Méndez resultó ileso, recibió la valoración de un otorrinolaringólogo. Rechazo a acciones terroristas El capitán Claros señaló que sentía un dolor profundo, de patria, porque son muchos los soldados y policías que ofrendan sus vidas por defender la soberanía del territorio colombiano. A los grupos insurgentes les manifestó que las acciones terroristas solo conducen al desprecio del pueblo colombiano. “Los grupos ilegales como las Farc desarrollan un estrategia equivocada, desviada de cualquier lógica. Con la implementación de la infamia, del terror, de la zozobra, solo consiguen el desprecio de todos los colombianos. Espero el día que llegue algún cabecilla de estos grupos que tenga algo de conciencia, para hacerle entender lo equivocados que están y que por este camino del terror y de las armas jamás conseguirán los nobles ideales con los cuales un día se constituyeron”. Servicio El capitán José Alejandro Claros está activo en la Policía Nacional desde hace 10 años. Desde su graduación como oficial, ha prestado sus servicios en el Caquetá, Cauca, Cesar y el Putumayo. Antes de recibir la Estación de Orito, se desempeñó como comandante del Distrito No. 4 de Policía en Mocoa. Leidy Milena, su esposa, era natural de La Dorada, de donde partió hace seis años. Se desempeñó como profesora en el Colegio de Cascajal de Timaná y era la menor de tres hermanos. Recompensa La Policía ofreció una recompensa de 100 millones de pesos por información que permita la captura de los actores de esta acción terrorista. El director de Seguridad Ciudadana, el general Rodolfo Palomino, calificó el hecho como “un acto repudiable y cobarde que cobró la vida de la esposa del comandante de estación y de un bebé de apenas ocho meses de edad.”