Farc destruyó dormitorio escolar en Balsillas

Una poderosa carga explosiva dejó en el piso el albergue escolar que fue construido hace un año y medio en el corregimiento de Balsillas por el Ejército Una poderosa carga explosiva dejó en el piso el albergue escolar que fue construido hace un año y  medio en el corregimiento de Balsillas por el Ejército, con el apoyo de la embajada americana y la Gobernación del Caquetá. Autoridades indicaron que el hecho fue producto de una retaliación por los recientes golpes propinados a la ‘Teófilo Forero’ de las Farc. LA NACIÓN, NEIVA Sin dormitorio quedaron más de 60 niños que hacían uso de lunes a viernes del albergue escolar ubicado en el corregimiento de Balsillas, en jurisdicción del municipio de San Vicenta del Caguán, departamento del Caquetá, tras la detonación de una poderosa carga explosiva que dejó totalmente destruida la estructura. El hecho, atribuido  por el Ejército a la primera compañía de la columna móvil ‘Teófilo Forero’ de las Farc, se registró el pasado viernes a las 9:30 p.m. Según indicaron fuentes oficiales de la Novena Brigada, la fuerte explosión destruyó además dos aulas de clase que también habían sido construidas hace pocos meses. El atentado, que afecta directamente a los niños que viven en las zonas más apartadas de Balsillas y reciben clase en el lugar de lunes a viernes, según fuentes militares se perpetró en retaliación por las acciones que viene adelantando la Fuerza Pública contra el grupo guerrillero en la zona. “Una vez enterados de la situación, las tropas, acatando los protocolos de seguridad, iniciaron su traslado al lugar procediendo a verificar la información suministrada y a efectuar un registro municioso para descartar la presencia de más artefactos explosivos. Lo que hemos logrado establecer es que el atentado al parecer se perpetró en retaliación por los constantes golpes propinados por el Ejército a la columna móvil ‘Teófilo Forero’, y por la permanente presión que ejercen las tropas en la zona”, indicaron fuentes oficiales de la Novena Brigada. El hecho, que según el Ejército Nacional infringe las normas del derecho internacional humanitario y de la ley de infancia y adolescencia, fue puesto en conocimiento del Comité Internacional de la Cruz Roja para la respectiva denuncia. La obra, construida con el propósito de mejorar las condiciones educativas de los menores que habitan en esta zona, fue ejecutada por  las fuerzas militares, con el apoyo de la embajada americana y la gobernación del Caquetá, e inaugurada en junio de 2011. El atentado de las Farc contra la construcción, inaugurada a mediados de 2011, es un nuevo episodio en la trágica secuencia de eventos que han golpeado a la comunidad de Balsillas, en zona rural de San Vicente del Caguán. El momento más doloroso ocurrió en junio de 2007, cuando dos soldados, Yeimer Alberto Jiménez Rodríguez y Jair Farfán Moore, adscritos a la base militar del Batallón Colombia, vestidos de civil y portando armas de fuego, emprendieron un camino por el que solo dejaron muerte y tristeza. Primero llegaron a la escuela del caserío y asesinaron a Marlene Berrío, la rectora de la institución. El bazar que se llevaba a cabo en el plantel terminó en ese instante, pero no así los asesinatos de los soldados. Su siguiente víctima fue Jair Giraldo, de 28 años; Lucas Manuel Corredor, de 33; Miller Velásquez, de 38 años, y su esposa Melani Campos. El pequeño Alejandro, de diez años e hijo de la pareja, también murió. Otros dos campesinos, que simularon estar muertos, se salvaron. Por meses y aún años, la comunidad ha luchado contra el estigma de este episodio, en medio del fuego y el acoso de las Farc. Por si les faltara algo, sufrieron, y aún sufren, por cuenta del ataque que perpetraron los integrantes de las fuerzas del Estado. Por eso, aunque la Procuraduría General de la Nación confirmó en segunda instancia la destitución de los dos soldados por la masacre ocurrida en 2007 en Balsillas, los temores no han cesado. Incluso, cuando se inauguraron las aulas y las obras que acaban de ser dinamitadas, la comunidad no concurrió masivamente, ante el miedo de nuevas retaliaciones de la guerrilla. Fotos/Suministradas