Rodrigo Villalba Mosquera
La Navidad es la conmemoración simbólica del nacimiento de Jesús, una celebración de origen cristiano que con el paso de los años infortunadamente se ha perdido, pasando de una temporada de reflexión y unión familiar, a la época frívola de las vacaciones, la fiesta, el licor y en general el culto a lo material y banal.
En una reciente homilía, el Papa Francisco reflexionó ante los Cardenales y la comunidad Cristiana del mundo sobre cómo debe ser la Navidad: “La Navidad es la fiesta de la fe en el Hijo de Dios que se hizo hombre para devolverle al hombre la dignidad filial que había perdido por culpa del pecado y la desobediencia” -dijo el Santo Padre- para agregar que “… la Navidad es la fiesta de la fe en los corazones que se convierten en un pesebre para recibirlo, en las almas que dejan que del tronco de su pobreza Dios haga germinar el brote de la esperanza, de la caridad y de la fe”.
El Papa nos conmina a que “la Navidad nos haga abrir los ojos y abandonar lo superfluo, lo falso, la malicia y lo engañoso, para ver lo esencial, lo verdadero, lo bueno y auténtico”. Este es el gran mensaje del Papa que nos invita al cambio, a ser mejores seres humanos y a pensar en sociedad, dejando de lado los intereses personales para trabajar en beneficio de todos.
La Navidad debe ser la época propicia para renovar la fe Cristiana, como también la obligación de desarmar nuestros corazones y prepararnos a una verdadera reconciliación, donde todos quepamos, donde se erradique la cultura de la violencia, aflore el amor patrio, siempre entendiendo que la paz es un bien supremo que nos regocija y crea condiciones de desarrollo.
Este es el reto de todos. El que viene será un año electoral, caldeado por las profundas divisiones ideológicas, y en la mayoria de los casos por factores personalistas y politiqueros que van en contravía de ese llamado del Papa a pensar en sociedad. Hay que hacer votos en esta epoca navideña, para que el niño Dios nos llene de bendiciones para pensar sin egoismo en los demas, y que aprovechemos estos vientos de paz para reconciliarnos de verdad y dejar atrás la polarizacion politica en que está envuelta nuestra sociedad, pensando en las victimas y en quienes hoy quieren y merecen la reinserción a la vida civil. Recordemos que el perdón es la base de la pacificación.
En esta Navidad pidamos al niño Dios: Lograr que Colombia sea el país que queremos, que nos ilumine para elegir dirigentes honorables, y una comunidad más creyente y con temor de Dios.
En noche buena, alborozados en familia. Les deseo a mis paisanos Feliz Navidad.