Susseth Lingrey Rojas Gutiérrez será hasta hoy la Reina Popular del Bambuco. Pocas horas antes de entregar la corona, la soberana del folclor recordó con nostalgia la experiencia que marcó su vida, la de su familia y la del barrio. Susseth Lingrey Rojas Gutiérrez será hasta hoy la Reina Popular del Bambuco. Pocas horas antes de entregar la corona, la soberana del folclor recordó con nostalgia la experiencia que marcó su vida, la de su familia y la del barrio. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Durante un año fue la reina del pueblo. No fue una tarea fácil, pero sí muy satisfactoria. Susseth Lingrey Rojas Gutiérrez, reina Popular del Bambuco, compartió con LA NACIÓN sus vivencias como soberana del folclor y en medio de lágrimas agradeció el cariño que recibió de todos los neivanos. ¿Cómo empezó esta experiencia? Mi tía era la fiscal de la Junta de Acción Comunal del barrio Luis Carlos Galán I etapa, en la Comuna Nueve, al norte de Neiva. Es un sector humilde, con personas trabajadoras y muy solidarias. Ella me postuló ante la Junta Directiva y me preguntaron si quería participar en el certamen y yo acepté. Me parecía algo muy bonito. Un compromiso muy grande… Soy bailarina desde hace 16 años en el grupo Los Opitas del Folclor. No había sentido nunca la necesidad de ser reina siendo bailarina, pero quise hacer parte del Festival Folclórico desde otra faceta. En las rondas eliminatorias resulté seleccionada. Se hicieron bingos y bazares con el apoyo de mi familia, de la Junta de Acción Comunal y de mis vecinos. ¿Cómo fue la velada de elección y coronación? Disputaba la corona con 28 candidatas. Cada una tenía su virtud y le alumbraba la estrella. Tú puedes decir esa candidata es mi amiga, pero en la velada te das cuenta que cualquiera puede ser la reina. Entras en choque cuando dimensionas realmente que es una competencia. La selección de las siete finalistas fue un momento de mucha impaciencia. Nombraban la candidata e inmediatamente se interpretaba el Sanjuanero Huilense. A mí me llamaron de tercera o cuarta finalista. ¿Qué sensaciones se tienen en ese momento? Nervios, expectativa, presión de la barra y ansiedad. Tenía que responder a la confianza que todos depositaron en mí. Afortunadamente gané. ¿Y cuando leyeron el veredicto? Fue muy cómico. Yo estaba pensando en mi papá y en mi mamá, en que si no era la reina les iba a dar un infarto. Los estaba buscando con la mirada en el público. No escuché el veredicto. Mi edecán fue el que me empujó y me dijo: ¡Usted es la reina!, siéntese en la silla. ¿Qué hiciste? No lo podía creer. Actué por instinto. Me pusieron la banda y la corona. Me entregaron la llave que representaba el carro cero kilómetros que me entregaban de premio. Hubo mucha felicidad en mi familia, vecinos y amigos. La confianza que depositaron en mí fue retribuida. ¿Y la celebración? Cuando salimos del coliseo llegué al polideportivo del barrio Virgilio Barco, en mi comuna. Estaban en un bazar y allí interpreté mi primer baile como Reina Popular. Fue magnífico. Muy hermoso. Los vecinos hicieron caravana desde el polideportivo hasta la casa de mi tía. Llegué a mi casa y aún no lo creía. Tenía la corona en mis manos pero era inaudito. Cuando me presentaron en el Centro Comercial San Pedro Plaza y asistí a todos los protocolos del Reinado Departamental y Nacional del Bambuco, comprendí que realmente era la soberana del folclor. ¿Cómo fue la experiencia de ganarte un carro? Todavía no estoy acostumbrada. Mi novio es el que lo maneja y en él transportamos a los vecinos y familiares que necesitan movilizarse. No ha sido el carro de la reina sino de la Comuna Nueve, mi familia y las personas involucradas en este proceso. Quiero aprender a manejar muy rápido. Pero este año he estado muy ocupada. ¿Qué tal el año de Reinado? Asistí a muchos eventos sociales. Acompañé a los adultos mayores, madres comunitarias y niños que trabajan en mi comuna, a través de la Fundación Viva la Gente. Con la Junta de Acción del barrio estamos tratando de construir la Caseta Comunal. Ya tenemos el terreno. Es un proyecto de casi tres años. Esperamos el apoyo del alcalde de Neiva Pedro Hernán Suárez, para materializar este proyecto. ¿Y la experiencia de ser reina? No es lo mismo ser hija o bailarina que ser reina. No es fácil. La responsabilidad es muy alta. Hay que seguir horarios, tener disciplina, cumplir, siempre sonreír y tener la mejor disposición. El apoyo de mis papás ha sido fundamental. Mi mamá vive muy orgullosa de mí. No puede evitar decir que es la madre de la Reina Popular. Para mí ser la reina del pueblo, la soberana del folclor, es un orgullo inmenso. Hay que incentivar el folclor en los niños y jóvenes para mantener nuestras tradiciones, ser la anfitriona de las fiestas y la imagen de bailarina del Sanjuanero Huilense en todos los eventos. Faltan pocas horas para entregar la corona, ¿cuáles son los sentimientos que tienes ahora? Hay nostalgia. Se acaba un ciclo. Espero que la niña que reciba la corona y la banda, las lleve con pasión, amor, respeto y responsabilidad. Hablar de todas las experiencias del reinado, me llenó de nostalgia. Me hizo llorar. (Lágrimas). Recordé la felicidad de mis papás, de mi familia y de mi novio, con el que tengo una relación hace ocho años. ¿Cuáles son los planes para el futuro? Terminar mis estudios universitarios, participar en todas las actividades folclóricas de la ciudad y aportar mi experiencia como reina a todas las candidatas. Quiero continuar apoyando el festival. Me gustaría en unos años ser chaperona. (Risas) ¿Cuál es tu mensaje para los lectores de LA NACIÓN? A los lectores de LA NACIÓN les envío un abrazo enorme de agradecimiento, muy fraternal, por permitirme ser la soberana del folclor. Esta es una plataforma para seguir trabajando por nuestras tradiciones. Quiero enfocarme en la labor cultural con los niños, con la mayor disposición y entrega. Susseth Lingrey Rojas Gutiérrez, reina Popular del Bambuco. Foto Óscar Roldán.