La Nación
Glamping y conservación ambiental 1 7 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Glamping y conservación ambiental

 

Fermín Beltrán Barragán

Los majestuosos paisajes sobre el cañón del río Magdalena en el municipio de Isnos se están transformando. La soledad que en otrora acompañaba estos lugares se ha venido a menos. Multitud de turistas y viajeros llegan en busca de esparcimiento, tranquilidad y aventura, en el variado portafolio de servicios turísticos que ahora prestan los emprendedores.

Uno de los principales atractivos es el glamping, una manera de acampar en habitaciones fundidas y suspendidas en la naturaleza, a la altura de los mejores hoteles del mundo. Desde sus balcones se escucha el ruido de la tierra y de su fauna y el rumor del gran río que se acuesta a los pies de las montañas, sobre un cielo azul y blanco, y de todos los colores. Es el arrobamiento de la paz y de la tranquilidad, es la ventana al infinito que ni los mejores poetas podrían describir.

Sorprende la fuerza inquebrantable de los emprendedores de la vereda Mortiño, sus historias son de años de luchas y de sueños, de caerse y de levantarse, sorprende que todos ellos hacen parte del paisaje y de sus raíces, están hechos del agua y del espíritu de sus ancestros, son visionarios y cuidadores, modernos y a la vez guerreros que guardan la heredad.

En diálogo con ellos miran el futuro y preconizan el respeto por la pachamama, entiendo que buscan el difícil equilibrio entre hacer turismo y conservar el ecosistema, ese es su gran reto. La academia y la institucionalidad debe acompañarlos para construir proyectos innovadores en el manejo,  disposición y reutilización de los residuos, protocolos rígidos que garanticen que ni siquiera una sola bolsa de plástico caerá al río o a la naturaleza.

Qué bueno sería poder capacitar a cada turista y que en su visita se le pueda entregar un certificado de cuidador del agua y de la naturaleza, como nos enseña Jairo con su Finca El Manantial y lo reivindica el guardián de la Ecogranja Mayú. Hacer turismo es un proceso ante todo educativo y esa es la fuerza que debe dársela a esta experiencia.

El emprendimiento turístico de naturaleza debe desarrollarse sobre un concepto diferenciador de hacer empresa, la utilidad debe ser fundamentalmente social y ecológica, mantener este equilibrio es un desafío que de no lograrlo llevaría a la destrucción paulatina de los verdaderos tesoros, de nada sirve el dinero si ya no podemos respirar sobre un paisaje limpio. Los huilenses estamos llamados a convertirnos en cuidadores del agua y del macizo, en educadores ambientales y en guerreros guardianes de la fauna y de la flora porque el privilegio de habitar el Huila implica la gran responsabilidad de la conservación de su naturaleza.