OH Padre eterno de los cielos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo coloco este tiempo de oración en tus manos, con la seguridad que das respuesta a mi clamor, por esta capital, te suplico que tu rostro esté sobre esta tierra amenazada por el terrorismo, los atracos, robos y violaciones. Especial LA NACION OH Padre eterno de los cielos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo coloco este tiempo de oración en tus manos, con la seguridad que das respuesta a mi clamor, por esta capital, te suplico que tu rostro esté sobre esta tierra amenazada por el terrorismo, los atracos, robos y violaciones. Mira con amor y perdón a esta bella ciudad, que tu nombre se entrone en ella, que te pasees con poder y gloria por sus calles, barrios, edificios, rincones, campos y veredas. Declaro que cada habitante de esta urbe conocerá de tu infinito amor y aplicará a su vida los principios que enseñas en tu Palabra. Proclamo bendición y libertad sobre esta preciosa metrópolis, que esta ciudad será un lugar seguro, amable y delicioso para vivir; que quienes visitan esta capital sientan algo muy especial al pisar este suelo, al manifestarse tu presencia y bondad. Toma autoridad mi Jesús de cada poblador de esta tierra, para que sea libre de las maldiciones generacionales, como la idolatría, el alcoholismo, la perversión sexual, la brujería; todos estos pecados que tienen atada esta ciudad y no permiten que el Espíritu Santo de Dios se mueva con poder en esta tierra. Intercedo porque la luz de Jesucristo brille sobre este pueblo; que por sobre todas las cosas, el amor, temor y respeto hacia a ti, se avive en cada ciudadano; que el reino de los cielos se establezca en esta ciudad donde habitamos; decreto que la fe, protección y prosperidad permanecen en esta ciudad por siempre, que esta ciudad es transformada en bendición en el nombre de Jesús. Amén. Cuellarmaria77@hotmail.com